Mejorar la calidad de vida de los habitantes es uno de los puntos centrales que la CChC busca visibilizar a través del Premio Aporte Urbano. El proyecto ganador 2019 en la categoría Integración Social da cuenta de cómo se resuelven algunos problemas básicos aplicando diseño.
Fuente: La Tercera
El Bosque 1, construido en 1992 y ubicado en la antes llamada Pincoya 3, en Huechuraba, grafica muy bien las viviendas sociales de antaño, con espacios reducidos al límite y condiciones de habitabilidad deficientes, que en el caso de este condominio se expresaban en espacios habitables de solo 37 m2, con problemas de contaminación intradomiciliaria, humedad, escasa luz natural y falta de áreas verdes, entre otros.
Como nos cuenta Sebastián Mery, arquitecto a cargo del mejoramiento integral, ganador como Mejor Proyecto de Integración Social del Premio PAU 2019, las mejoras se implementaron en base al subsidio Programa Protección del Patrimonio Familiar del Minvu (PPPF), que contempla una serie de ítems que van desde la aislación térmica, la renovación de las instalaciones eléctricas y sanitarias, hasta el mejoramiento del entorno. “En este proyecto se propusieron tres nuevos dispositivos que parten de hacer preguntas y responder desde el diseño”.
Así, se renovaron las techumbres, incorporando colectores solares asociados a calefones inteligentes; pero más allá del requerimiento técnico para abastecer de agua caliente, se cambió la fachada estigmatizada de las viviendas sociales al proponer un diseño en ángulo de 35 grados de los techos, que hace también más eficiente la captación solar. A la vez, se creó una logia-balcón que mejoró la ventilación interior y el flujo de luz natural, y se propuso un sistema de riego por aguas grises domiciliarias para sus plazas interiores, un punto aprobado pero aún pendiente de concretar, a la espera del ‘vamos’ del municipio.
“Desde el principio fue un codiseño con los propietarios. El proyecto no resuelve los temas de hacinamiento -que es el gran problema de los condominios sociales-, pero alivia una carga importante, solucionando patologías asociadas a la humedad generada por el secado de ropa en invierno y las emisiones de los calefones al interior de departamentos de 37 m2”. En efecto, como señala Ximena Calquín, representante de la comunidad, “la calidad de vida mejoró bastante por el tema de la aislación, ya no se siente tanto el frío como antes y la bulla de afuera disminuyó. Ganamos espacio con las logias”.
Como señala el ministro de Vivienda y Urbanisno, Felipe Ward, “lo que allí hicieron el arquitecto Sebastián Mery y todo su equipo fue mejorar un barrio deteriorado para crear un condominio sustentable, que está cerca de la red de Metro y una serie de servicios de utilidad para los ciudadanos. Valoramos que la integración social sea una categoría dentro de un concurso, como es el Premio PAU, porque queremos incentivar a que más privados, en colaboración con el Estado, se sumen a esta política pública que llegó para quedarse en nuestro país”.