Temple of the Heart: Un Espacio de Sanación Comunal en el Burning Man 2023

Tras tres años de espera, Burning Man se enorgullece de presentar la que será la pieza maestra del desierto de Black Rock. Temple of the Heart se convierte en el primer templo físico desde el inicio de la pandemia, espacio sagrado que acogerá a los más de 70.000 visitantes que acudirán al conocido festival.

Fuente: Arquitectura y Empresa

Como cada año desde 1986, Burning Man se celebra en la semana anterior al Día del Trabajo, desde el 27 de agosto hasta el 4 de septiembre. Esta edición, la temática escogida se ha denominado “Animalia”, la cual rendirá homenaje al mundo animal. En palabras de los organizadores: “se trata de abrazar el hecho de que vivimos en un mundo que es más grande que nosotros, y reconocer que somos parte de un sistema.” 

Bajo esta premisa, el objetivo de la artista principal del proyecto, Ela Madej, será evocar una “cálida energía femenina” que promueva sentimientos de aceptación, protección y amor maternal en los visitantes. En conjunto, este templo ofrece un espacio sagrado y emotivo para que la comunidad procese el dolor, sane y se reconecte con sus emociones. Diseñado para asemejarse a una flor del desierto invertida, su tallo central se eleva hacia el cielo, funcionando tanto como un faro como un reloj de sol. El templo es un faro de esperanza y un espacio de comunión durante el Burning Man 2023. 

El codirector y arquitecto, Reed Finlay, tras escuchar la idea de traer un Templo femenino a Black Rock City y ver los primeros bocetos de Ela sobre su visión, se inspiró para co-crear este impresionante templo. Reed, como diseñador de espacios para la salud espiritual y la transformación con experiencia en el diseño de templos y la sustentabilidad, condujo a una estructura que no solo es bella y poderosa, sino también edificable, ecológica y segura. 

La Cámara del Corazón, principal espacio de reunión del Templo, ha sido diseñada para proporcionar un refugio de quietud y reflexión. Las sombras florales proyectadas por los paneles de la cubierta, inspirados en encajes polacos, crean una atmósfera única que invita a la meditación y a la introspección. En este espacio sagrado, con asientos integrados, se llevarán a cabo prácticas como meditaciones sonoras, sesiones de gongs, coros comunitarios y actuaciones de la BRC Philharmonic.

En el centro de esta cámara se encontrará El Altar de las Rosas, corazón del Templo, estará elevado sobre una base con forma de estrellas, la cual conecta con una aguja externa que representa el tallo. La idea es que el tallo, que estará cubierto por aproximadamente 100 rosas grandes y medianas y cientos de flores más pequeñas confeccionadas por artesanos de la comunidad del Burning Man, irradiará la energía del interior del templo hacia el exterior, pues estas rosas representan sus historias de duelo, amor y conexión. Pero además de esto, el altar estará retroiluminado, creando una sensación de calidez y reconfortante que dará luz al espacio exterior durante la noche. Sin duda, se convertirá en el epicentro de las emociones y las experiencias compartidas en el templo.

Envolviendo la Cámara del Corazón se encuentra un anillo exterior que sirve como espacio para la meditación, la reflexión y el encuentro con las historias de los miembros de la familia de Black Rock City. Este muro delimitado crea un entorno íntimo donde las emociones puedan aflorar y ser acogidas con comprensión y apoyo.

Para enmarcar el conjunto, una elegante cerca ornamental crea un patio que abraza la estructura principal y le otorga un ambiente acogedor. Y a través de sus cuatro puertas de entrada, cada una coronadas con rosas de madera, los participantes, conocidos como “burners”, ingresarán al Templo.

Para concluir la experiencia del este eventual y espiritual viaje por el desierto de Nevada, según la tradición de Burning Man, guiado por principios como la inmediatez, la efimeridad, y la obligatoriedad de no dejar rastro, la estructura y todos los recuerdos y fotografías dejados por los asistentes al festival se quemarán al final del evento, un acto de impacto medioambiental que Madej ha pensado resarcir mediante la compensación de la huella de carbono del edificio y la plantación de árboles por cualquier madera no recuperada que se utilice.