El estudio de arquitectura AR Design Studio completó el diseño de la cabaña angular en el jardín de una casa en Winchester, Reino Unido. La casa se pensó como un área de descanso de los propietarios, y al mismo tiempo, un espacio para recibir invitados. Todo, autoconstruido. 

Fuente: Madera21

El nombre de la cabaña es  Climber’s Cabin en honor al gusto del propietario por el deporte de escalada al aire libre. Se trata de una estructura de madera diseñada como espacio de relajo en la parte trasera de la vivienda principal. Al mismo tiempo, la vivienda permite tener alojamiento adicional para sus invitados.

Una cabaña de geometría lúdica en Winchester

La obra fue diseñada con métodos de construcción simples, utilizando materiales naturales reciclados  de origen local. Esta línea arquitectónica permitió que la familia pudiera construir la cabaña durante los bloqueos que tuvo el Reino Unido durante el coronavirus.

“El proyecto fue pensado como una auto-construcción desde cero”, señaló el estudio. “Fue un plan estructural simple que permitió ensamblar la totalidad de la vivienda por un pequeño equipo”.

La cabaña  tiene una cama doble en el entrepiso,  una habitación escondida con literas y un baño. / Martin Gardner

“El método de construcción tradicional de armar vigas horizontalmente y luego levantarlas en posición vertical, anuló la necesidad de maquinaria pesada y fue la forma en que los auto-constructores pudieron alcanzar la altura que necesitaban”, continuó.

“Más que nunca, la estructura ayudó a guiar la forma final del diseño”, describió la firma encargada de la arquitectura:  AR Design.

La estructura en forma de A fue ensamblada en el lugar con un pequeño equipo de trabajo/ Martin Gardner

Geometría lúdica

La estructura de la cabaña se construyó con cuatro armazones en forma de A que “proporcionaron la base para la forma general y, simultáneamente, permanecen lo suficientemente flexibles como para moldearse a la geometría final de carácter lúdico”, acotaron desde AR Design. 

“Al cliente le encantó la forma triangular que le propusimos y quería algo que combinara a la perfección con el carácter verde del sitio. También era preciso que fuera fácil de construir y maximizara el espacio interno con una huella pequeña en el entorno”.

La obra está inserta en el jardín de la  familia que encargó el diseño/  Martin Gardner

La cabaña puede albergar a cuatro personas. Es un espacio habitable, abierto, y revestido con tablas de andamio recicladas que deja entrar la luz desde un gran ventanal que se fijó entre las tejas de cedro de origen local.

En la parte trasera de la sala de estar hay una habitación con literas, a las que se accede a través de un par de escotillas y un pequeño baño. Por encima de estos espacios hay un entrepiso con una cama para dos personas.

También se instalaron ventanas más pequeñas en este nivel elevado para observar el bosque desde la mañana hasta la noche. En ese sentido, la cabaña sirve como un refugio natural ubicado estratégicamente. 

El uso de ventanas de vidrio permite apreciar el entorno terroso de la cabaña. Allí crecieron árboles de hoja caduca y un arroyo que se refleja precisamente en el gran ventanal fijado entre las tejas de cedro de origen local.

Con el uso de cerchas en forma de A, una terraza protegida orientada al noroeste se asienta sobre la propiedad, creando un oasis para el sol de la tarde. Una terraza más grande sigue los bordes angulares de la cabaña, girando alrededor de los costados del edificio.

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