Venecia ha decidido reemplazar la superficie de vidrio por piedra en el Ponte della Costituzione, diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava, ya que la superficie resbaladiza ha sido la causa de numerosos incidentes.
Fuente: Plataforma Arquitectura
Venecia ha decidido reemplazar el vidrio por piedra en el Ponte della Costituzione, diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava, ya que la superficie resbaladiza ha sido la causa de numerosos incidentes, según reporta New York Times.
La decisión ha sido tomada después de varios intentos de limitar los resbalones con resina y adhesivos antideslizantes, incluso colocando carteles de prohibición en la superficie del vidrio cuando el clima invernal hacía que el piso fuera cada vez más peligroso. Inaugurado en 2008, el puente ha sido objeto de controversia y protesta desde el principio, ya que los costos de construcción y el plazo superaron las estimaciones iniciales y las quejas sobre caídas y tropiezos comenzaron desde su apertura.
La resbaladiza superficie de vidrio del puente sobre el Gran Canal de Venecia provocó numerosos incidentes graves, que dieron lugar a varias demandas en contra de la administración municipal. En 2018, algunas láminas de vidrio fueron reemplazadas con piedra de traquita, pero las intervenciones no evitaron más accidentes. Por esta razón, la administración destinará 500.000 euros para reponer toda la superficie acristalada, argumentando que la seguridad de los peatones supera las intenciones estéticas. El plan ahora deberá ser aprobado por ingenieros estructurales y la autoridad arquitectónica de la ciudad.
El reemplazo de la superficie de vidrio constituye un capítulo más en la travesía de la ciudad italiana para superar las deficiencias del proyecto. En 2013, tras las críticas por la falta de acceso para sillas de ruedas, la ciudad instaló un ascensor y una cabina, que luego se desmantelaron porque la solución se consideró demasiado lenta en su velocidad y demasiado calurosa en verano. En 2014, la ciudad de Venecia demandó a Calatrava por negligencia, argumentando que el arquitecto no tuvo en cuenta la cantidad de turistas que recibiría el puente y lo que significaría el tráfico para el desgaste de la estructura.