Si hay algo positivo que se puede sacar de la pandemia y el confinamiento es la cantidad de proyectos ingeniosos que han visto la luz. Uno de ellos es Voxel, la cabina de madera de cuarentena diseñada por un equipo de estudiantes e investigadores del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña.
Fuente: Idealista
El proyecto se desarrolló como parte del programa Máster en Edificios y Biociudades Ecológicas Avanzadas (MAEBB) del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC), que promueve un enfoque práctico del diseño arquitectónico ecológico.
La cabina de cuarentena Voxel (abreviatura de píxel volumétrico) está ubicada cerca del campus de Valldaura Labs del IAAC, en el parque natural de Collserola. Cuenta con una estructura de 12 m2 y fue diseñada en respuesta a la pandemia, como un espacio donde un solo ocupante puede aislarse durante 14 días.
El equipo del proyecto, liderado por los directores del curso, Daniel Ibáñez y Vicente Guallart, diseñó y construyó Voxel durante el máster 2019-2020. Esto significó trabajar bajo las restricciones de la pandemia durante el proyecto.
La cabaña se construyó en solo cinco meses utilizando madera extraída a no más de un kilómetro del sitio de construcción. Este enfoque de ‘kilómetro cero’ impulsó una exploración exhaustiva de cómo optimizar los materiales locales.
“El proyecto investiga la transformación ecológica de la madera como material estructural, térmico y constructivo sostenible por su capacidad de almacenar CO2 en los edificios”, explicaron los diseñadores.
Todo el proyecto ha sido pensado para ser lo más ecológico posible. Voxel presenta una estructura de madera laminada cruzada (CLT) hecha de pino carrasco que fue molida, secada, procesada y prensada en los talleres del campus. La estructura utiliza madera de 40 pinos recolectados como parte de un plan forestal sostenible que tiene como objetivo fomentar el crecimiento de árboles pequeños y mejorar la biodiversidad. La madera se cortó en tablas y se secó antes de procesarla en láminas delgadas, llamadas laminillas, y se prensó para formar los paneles CLT estructurales.
Los paneles se ensamblan para formar un cubo de 3,6 x 3,6 metros, utilizando juntas solapadas sin metal y tacos de madera para minimizar la necesidad de materiales con alto contenido de carbono como clavos, tornillos u otras fijaciones.
Por su parte, la estructura está recubierta en una capa de aislamiento de corcho y los recortes del proceso de producción de CLT se utilizan para crear los paneles de rejilla para lluvia aplicados a las fachadas. Los ángulos y posiciones de las láminas están configurados paramétricamente para optimizar su funcionalidad.
Algunos de los paneles están colocados lejos de las elevaciones del edificio para acomodar instalaciones como tanques de agua y una ducha al aire libre. La madera se carbonizó utilizando la técnica japonesa ‘shou sugi ban’ para proporcionar una impermeabilización natural. Además, se fabricó una serie de jardineras para techos con juntas complejas que se desarrollaron utilizando software para eliminar la necesidad de tornillos o pegamento.
La estructura de madera contralaminada queda expuesta dentro de la cabina. El mismo material se utiliza para crear todos los muebles, que incluyen una cama con plataforma y un escritorio independiente. Voxel también posee un inodoro y una pequeña cocina con lavaplatos. Un sistema de biogás autónomo trata los desechos del inodoro para generar combustible para cocinar y calentar, además de producir fertilizantes sanitarios.
Tres paneles solares en el techo cargan una batería que proporciona energía para la iluminación y los dispositivos utilizados por el único ocupante de la cabina.
El proyecto Voxel subraya el enfoque del IAAC en la construcción innovadora y ecológica, así como su motivación al aprendizaje a través de la creación. Los proyectos anteriores desarrollados en el instituto incluyen una propuesta para viviendas parasitarias suspendidas de edificios de apartamentos de Hong Kong y una impresora 3D robótica que crea estructuras a partir de arena o suelo.