El arquitecto Julio Illanes obtuvo el segundo lugar del IX Concurso de Ingeniería y Construcción organizado por Madera21 el año pasado. Su proyecto de investigación “Paneles estructurales estandarizados de CLT. Flexibilidad de diseño en sus configuraciones” evaluó la relación del sistema constructivo de CLT en cuanto a su comportamiento estructural frente a variables sísmicas, climáticas y constructivas. Principalmente lo inspiró la dimensión social de construir con madera.
Fuente: Madera21
La innovación de Julio Illanes lo desarrolló en un Taller de Investigación, en el marco del Magister de Arquitectura Sustentable y Energía de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2021). Los profesores guías fueron Juan José Ugarte G. y Andrés Sierra.
“El enfoque de mi investigación hacia la construcción de mediana altura de edificios residenciales con estructuras de madera maciza, fue trabajada en el sur de Chile, en la comuna de Laja en la Región del Biobío”, detalló Illanes.
El arquitecto experimentó a partir de prototipos de edificios la flexibilidad espacial de la construcción hecha con madera maciza. Todo con el fin de testear la capacidad estructural y la pertinencia del elemento en obra y así estudiar el potencial en futuras unidades residenciales de mediana altura.
Para comenzar, el arquitecto Julio Illanes se interesó en investigar el CLT como sistema constructivo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Para ello, consideró el ciclo de vida del edificio en cada una de sus etapas. Y su principal motor fue la curiosidad sobre este sistema constructivo relativamente nuevo para el panorama nacional.
“Consideré lo poco explorado que se encuentra la madera en torno a la construcción a gran escala, a pesar de que tenemos una no despreciable industria nacional enfocada en la madera. Al respecto, quise explorar los beneficios y desafíos que podría ofrecer este sistema en la construcción, enfocando la investigación hacia su aplicación en la arquitectura”, señaló Illanes.
Para el profesional, usar madera para densificar en altura las ciudades, “es la forma más optima de utilizar el suelo natural, productivo o no, revalorizando la configuración de la ciudad y la cercanía a los servicios. Todo esto pensando en la integración, no en el desplazando de la ciudad hacia la periferia, lo que alarga el trayecto hacia los trabajos, los servicios y el comercio”.
Tesis técnica y social
El hilo conductor de la tesis desarrollada por Julio Illanes apuntó a la poca elasticidad plástica que presentan las configuraciones espaciales del sistema de CLT. Todo esto, debido a su compartimentación en parámetros verticales y horizontales, generando un entramado compacto y “aparentemente” difícil de modificar en los proyectos.
“En base a esto decidí ahondar en las posibilidades estructurales y espaciales que nos entrega la madera a través de este interesante sistema estructural, que presenta características sísmicas, elásticas y renovables importantes. Así, me sumergí en la exploración de los espacios diáfanos y cómo lograr luces y alturas más amplias que enriquezcan las configuraciones arquitectónicas”, señaló el investigador.
Otro aspecto importante que lo guió fue una motivación social, enfocada principalmente en densificar la habitabilidad residencial.
“Ese punto -que se pueda integrar a la edificación en altura- fue parte integral del análisis social. Todo, para generar viviendas con acceso a servicios e infraestructura, sin la necesidad de tener que recorrer grandes distancias. Ese interés converge con lo técnico de esta investigación. Además se suma la importancia de entregar un material capaz de cubrir necesidades básicas del uso cotidiano. Por ejemplo, la necesidad térmica: al ser cubierta por la materialidad de la edificación en forma pasiva (y no por un sistema activo adicionado) se hace más sustentable Lo que repercute directamente en los gastos del uso de la vivienda, ahorrando -por ejemplo- en calefacción”, puntualizó Illanes.
Otro aspecto relevante que consideró la investigación fue la industrialización de este material asociado a los tiempos rápidos de construcción: “La calidad y garantía que entrega el sistema industrializado del sistema constructivo CLT puede ser un agente resolutivo a problemas de déficit habitacional. Por otro lado, el desarrollo del una industria en esta área generaría nuevos empleos y mejores perspectivas en la industria de la construcción”, finiquitó.
Como conclusión, el potencial estructural que presenta el CLT en edificios de baja y mediana altura se enfoca en una buena resistencia frente a la tracción y a la compresión gracias a la disposición de capas, orientadas de forma intercalada, elemento macizo que al ser industrializado, permite una producción estandarizada.
“Con la capacidad de desarrollar edificios con mayor rapidez, tanto por su transporte, como por su ejecución en obra y su modulación en base a diferentes tipos de ensamblajes, facilitando la organización de los paneles, como muros interiores, muros exteriores, losas y cubiertas, e incluso conformar espacios como las circulaciones verticales, evidenciando la versatilidad en su configuración”, resumió Illanes.
Con voz propia
¿Cuáles fueron las conclusiones que más le sorprendieron y por qué?
Lo que me sorprendió más dentro de mis conclusiones, fue principalmente en relación a la capacidad de poder conformar espacios holgados, de acuerdo a cómo se disponen y distribuyan los elementos que conforman la configuración estructural del CLT. Por lo que, si bien el CLT es un material reconocido por su alta compartimentación, el estudio de sus principios y parámetros nos permiten abordar estratégicamente otras manera de reorganizarlo para desarrollar espacios más diáfanos. Y, en conjunto a esto, teniendo presente los mismos principios, fue el hecho de poder generar una optimización reconocible en la cantidad de material empleado, al focalizar el trabajo de los elementos más desfavorables, en base a los mismos criterios e iteraciones.
¿Qué valor tuvo para usted el reconocimiento obtenido?
El haber obtenido un lugar dentro del concurso de ingeniería en Madera21 siendo arquitecto, fue sin duda una grata sorpresa. Dicho premio tuvo un valor agregado ya que son contadas las veces en las que la Arquitectura encuentra un punto vinculante con la Ingeniería. Acá ambas áreas se potenciaron entre sí, logrando una mejor habitabilidad mediante un estudio estructural. Así la arquitectura puede abordar espacios más audaces dentro de un sistema estructural aparentemente rígido. Esto significó para mí un logro. Siento que acorté la brecha que distancia la Arquitectura de la Ingeniería. Esta cercanía nos permite explorar y mejorar el uso de este sistema constructivo en favor de potenciar la calidad de vida y cuidado del medio ambiente.