Ubicada en el sector de La Barra, en Puerto Escondido (en el estado de Oaxaca), el diseño de esta edificación se realizó a partir de un concepto y análisis profundo de sostenibilidad, en el que tanto los materiales como la forma misma de la vivienda estuviesen vinculados al paisaje que le rodea. En ese aspecto, para Estudio Carroll, el uso de hormigón resultó fundamental tanto para dar forma a ese concepto, como para la figura de la casa en sí.

Fuente: Hormigón al Día

La costa mexicana, ya sea la reconocida “Riviera Maya” -que se extiende por la península del Yucatán desde el sur de Puerto Morelos hasta Punta Allen- o las interesantes playas ubicadas en el golfo de California, al norte del país. Siguiendo esa línea, el borde costero que colinda con el Océano Pacífico en el estado de Oaxaca, al sur del país, también es un destino turístico habitual para quienes buscan conocer el paisaje costero del país norteamericano.

En la localidad de Pueblo Escondido, en ese estado mexicano, en el sector de La Barra, el estudio de arquitectura Estudio Carroll llevó a cabo la “Casa Toro”, una vivienda que, gracias a su ubicación, posee espectaculares vistas de la costa. “La zona se caracteriza por tener un terreno irregular, el que nos ofreció una ubicación excepcional, lo suficientemente elevada para tener vistas de las montañas y el mar prácticamente desde la calle”, explicaron desde el estudio.

La “Casa Toro” también destaca por otra característica, además de sus vistas: su forma, compuesta por dos círculos del mismo radio que se proyectaron para conectarse de tal forma, que el centro de uno coincidiese con el desarrollo del otro. “Buscamos que la geometría de la edificación se adaptase a la forma de la tierra”, destacó el estudio en la descripción del proyecto.

Un concepto “sostenible” para una vivienda costera

El concepto que dio forma a “Casa Toro” dice relación con la forma en que el cambio climático afecta la vida diaria, incluyendo las construcciones. “En una era donde las temperaturas globales siguen aumentando cada año, la responsabilidad de los arquitectos y diseñadores de contribuir con proyectos energéticamente eficientes se transforma en algo esencial. Esta responsabilidad es lo que iluminó y guio nuestra visión cuando se nos dio la oportunidad de crear esta residencia”, resaltaron desde el estudio.

En ese sentido, la forma de “Casa Toro” -que, como se destacó, se compone por dos círculos- se convirtió en el eje central desde el que se desarrolló el concepto. “La extrusión de estas formas dio lugar a dos volúmenes cilíndricos que se conectan y crean una estructura envolvente, la que se perforó con cilindros para crear aperturas orientadas a los cuatro puntos cardinales”, explicaron los arquitectos en la descripción del proyecto.

Así, los espacios habitables de la edificación se desarrollaron de manera abierta, “permitiendo que fluya el aire fresco que proviene de la brisa fresca del mar, eliminando la necesidad de aire acondicionado”. En esa misma línea, el concepto abierto de “Casa Toro”, tanto a nivel de distribución como por su disposición a dejar abiertas secciones completas, permite crear “circuito interactivo entre los espacios, transformando a la casa en un punto de encuentro entre sus residentes y la naturaleza”.

Hormigón como materialidad vinculada al entorno

“Casa Toro” se emplaza en un terreno de 357 metros cuadrados y la edificación en sí, es de 250 m2. Toda la estructura de la edificación se fabricó con un “vibrante hormigón azul, que evoca a las sombras del océano”, comentaron desde el estudio.

La idea de utilizar hormigón también se condice con el concepto que tiene el diseño de esta edificación. “La elección de materiales se basó en la importancia de utilizar elementos locales elaborados por la comunidad”, comentaron desde Estudio Carroll y, en ese sentido, el ambiente que rodea a “Casa Toro” sirvió de inspiración para elegir a los materiales de construcción, como también, el acabado exterior de la edificación. “Los tonos azulados del hormigón expuesto evocan al océano, mientras que los arcos recuerdan al oleaje rompiendo sobre los muros y pisos de color arena”, subrayaron los arquitectos en la descripción del proyecto.

En definitiva, “Casa Toro” nace de la reflexión respecto al impacto que tienen las edificaciones en su entorno. “El flujo del viento y la influencia del mar dictan la permeabilidad de la vivienda, aprovechando estos elementos para asegurar una mayor eficiencia energética y brindar a sus residentes un refugio excepcional, en completa armonía con el paisaje”, puntualizó el estudio.

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