La casa tiene cerca de 196 metros cuadrados y tardo unas 200 horas en imprimirse, aunque asegura que el proceso será mucho más rápido en el futuro.
Fuente: Revista Construir
Sin duda, uno de los grandes avances en la tecnología en los últimos tiempos es la creación de diversos elementos que se han creado gracias a las impresoras 3D. Estas dejaron un montón de utilidades que se pueden aplicar en cientos de campos distintos: urbanismo, recreación de obras maestras clásicas e incluso respiradores autónomos para luchar contra el coronavirus.
Según el medio Business Insider, debido a esto, este tipo de tecnología se convirtió herramienta que está en pleno auge y expansión y todas sus virtudes se pueden ver reflejadas en las ideas creativas que potencian al máximo su funcionalidad.
Asimismo, una empresa italiana de arquitectura vio todo este potencial y empezó a experimentar con la creación de casas más económicas utilizando como material de construcción barato y fácilmente disponible el propio suelo local de una zona.
Según lo que comentó Fast Company, durante las últimas semanas varias impresoras 3D depositaron lentamente capas de tierra en forma de cúpula en la ciudad de Ravenna, en Italia, para crear un lugar perfectamente habitable a la que llamaron Tecla, Tecnología y arcilla.
Mario Cucinella, fundador de la firma de arquitectura del mismo nombre que ha llevado a cabo el proyecto, deja claro como surgió la idea: “Hay una larga historia de arquitectura hecha con barro y adobe”. Además, tiene claro que es una combinación que puede “reducir la huella ecológica” y que no es solo alta tecnología, “sino una mezcla entre herramientas nuevas y material antiguo“.
Por otro lado, la mayoría de las compañías confían plenamente en el hormigón como material primario, pero este tiene una huella ambiental muy alta. Al utilizar lo que viene directamente de la tierra, puede evitar el impacto medioambiental y además reducir el transporte.
Para llevar a cabo la elaboración de estas casas, lo único que tienen que hacer es depender de la tierra excavada en el lugar de construcción y mover la máquina, que según el fundador de la firma es de fácil movilidad. Por otro lado, el proceso de construcción de de estas viviendas es muy sencillo: la máquina excava quitando piedras y después mezcla tierra, agua y cáscaras de arroz en una hormigonera para poder formar las paredes.
La casa tiene cerca de 196 metros cuadrados y tardo unas 200 horas en imprimirse, aunque asegura que el proceso será mucho más rápido en el futuro.
Además, tiene claro que la forma abovedada de la construcción la hace muy fuerte y es capaz de proporcionar aislamiento. Lo mejor es que cuenta con un tragaluz en la parte superior para que durante el día no sea necesario contar con ninguna fuente de iluminación adicional. También uno de los puntos fuertes de este invento es que su diseño se puede adaptar a cualquier suelo y clima local.