Aunque en conjunto sólo representan el 1% de las promociones, las soluciones industrializadas ganan cuota en el sector y prometen ser la panacea a los diferentes retos que encara la construcción.
Fuente: Eje Prime
La construcción industrializada en España avanza a paso lento, pero firme. El sector ya está eclosionando en el país, aunque sólo representa un 1% del total de construcciones de obra nueva, por lo que aún tiene un largo recorrido por delante.
Esta técnica constructiva reúne diversos componentes (digitalización, sostenibilidad, alta capacidad de producción, diversificación y especialización de la mano de obra, etc.) que la erigen cómo la panacea del sector, al ser capaz de integrar diversas tendencias generales en una sola modalidad constructiva, ganar eficiencia y, en paralelo, aumentar exponencialmente la capacidad de producción.
La apuesta por la construcción industrializada se enmarca en un contexto en el que el mercado residencial adolece de una acusada falta de oferta, por lo que este tipo de modalidad constructiva se posiciona como uno de los drivers que pueden reducir notablemente los plazos de las promociones y, por ende, contribuir a relajar las tensiones entre la oferta y la demanda.
En este sentido, la construcción industrializada va como anillo al dedo en subsegmentos como el build-to-rent, ya que permiten acortar plazos en desarrollos estandarizados y que no requieran de modificaciones importantes respecto del proyecto inicial.
Desde el sector también se apunta que, para acelerar el avance de la construcción industrializada en España, la administración debe impulsar una reglamentación específica que permita a los promotores emprender los proyectos con tranquilidad, sin temer, por ejemplo, contratiempos en aspectos relacionados con la financiación.
Por ahora, las entidades financieras sólo reconocen garantías para aspectos tangibles como lo construido sobre el terreno, pero no los componentes que se ensamblan en una fábrica, como es el caso del formato industrializado.
Por último, el impulso de la construcción industrializada también requiere de la confianza del sector, que en los últimos años ha ido transitando de un cierto escepticismo a la progresiva adopción de los nuevos formatos en su operativa diaria.
De hecho, los movimientos realizados por los promotores en los últimos ejercicios, con la creación de un clúster específico para la construcción industrializada o la proliferación de conferencias o publicaciones sobre este formato, denotan una clara voluntad para acelerar el avance de la construcción industrializada en España.
Un viaje a la técnica industrializada
Una de las compañías que más se ha distinguido por su apuesta por la construcción industrializada en España es Avintia. El grupo cuenta incluso con una división específica, llamada Ávit-A, que lleva a cabo la construcción de 1.763 viviendas destinadas al alquiler correspondientes del lote 3 del Plan Vive que la Comunidad de Madrid adjudicó el año pasado a Culmia.
Avintia explica en uno de sus artículos de research que no existe una única fórmula para entender esta modalidad constructiva. “La complejidad del proyecto, los elementos fabricados, las capacidades de la fábrica, etc., dictarán cómo es el sistema de construcción industrializada”, señala la compañía, aunque apunta que grosso modo, el formato acostumbra a clasificarse en base a los elementos industrializados que componen el conjunto y los materiales utilizados.
En el primer grupo se incluyen los elementos industrializados unidimensionales: vigas, pilares o canaletas que pueden producirse de forma industrial en fábrica; los componentes industrializados 2D: muros autoportantes de hormigón, en los que se incluyen aislamientos, y se aplican instalaciones, y los elementos industrializados 3D: módulos tridimensionales frente a los muros, que conforman el edificio que será montado in situ en obra. En ocasiones, estos elementos son el resultado de la unión de elementos unidimensionales y bidimensionales.
Avintia apunta que existen dos conceptos que limitan el tamaño de estos elementos: en primer lugar, el volumen, pues se ha de transportar de fábrica a obra, y por otro lado, la altura, ya que los edificios construidos bajo esta modalidad sólo pueden tener tres o cuatro alturas.
Por último, también existen los elementos independientes, que cada vez son más comunes por la producción de elementos para ensamblar en obra, de una forma muy parecida a los dispositivos plug and play. En este concepto se enmarcan las escaleras, terrazas, cocinas, e incluso baños completos, con todos sus elementos. Estos elementos se producen en serie y se ensamblan en obra. Además, se pueden combinar tanto con la construcción tradicional como con la construcción industrializada.
Madera, acero y hormigón
Hay tres materias primas que dominan en la construcción industrializada: madera, acero y hormigón. La madera es una gran protagonista de la construcción norteamericana, aunque también está muy presente en algunos edificios del norte de Europa.
Uno de los sistemas principales es el conocido como structured insulated panels, que consta de módulos producidos en fábrica, principalmente paredes, que se construyen como un sándwich donde dos capas de madera guardan un interior de aislamiento. Además, es un material sostenible cuya huella de carbono es muy baja.
En cuanto al acero, se utiliza especialmente en Estados Unidos para producir viviendas de dos o tres alturas, mediante la técnica conocida como steel framing; son perfiles de acero galvanizado que se utilizan para conformar la estructura interna del edificio, el esqueleto.
Después, se añaden a estos perfiles las planchas que harán de paredes, techo o piso. Esta es una tipología de construcción industrializada muy presente en Estados Unidos desde los años cincuenta, aunque sus procesos se han sofisticado con el paso de los años.Esta construcción ligera permite reducir ostensiblemente el tiempo de producción de los edificios y, además, es muy poco contaminante: la huella ambiental es mínima debido a que los desperdicios generados son casi nulos.
Hay tres materias primas que dominan en la construcción industrializada: madera, acero y hormigón
Finalmente, también existe la construcción con hormigón. Es una tipología utilizada desde hace décadas, casi un siglo. Sin embargo, los procesos actuales de la fabricación a través de construcción industrializada se apoyan en tecnología de vanguardia y han llevado esta técnica al siguiente nivel. Consiste en sustituir los paneles de obra, los forjados y los pilares por elementos producidos en fábrica en lugar de directamente en obra.
Estos elementos son paneles con capacidad portante, y están fabricados en hormigón armado. Se componen de tres capas: una capa de hormigón que otorga resistencia y rigidez estructural, otra capa interior donde se aloja el aislamiento e instalaciones y una tercera capa interior que se compone de placas de yeso que dan hacia el interior del edificio.
La construcción con hormigón es una tipología de construcción industrializada que, al incluir materiales metálicos o fibras sintéticas con el hormigón, lo convierte en más resistente y duradero; al realizarse en fábrica facilita la generación de elementos más rápidamente, son flexibles en sus diseños, se llevan a cabo bajo una producción controlada y mejorable y, además, permite la inclusión de instalaciones concretas en cada elemento construido, por lo que son tremendamente versátiles.
Los primeros pasos
A pesar de los beneficios que representan los Métodos Modernos de Construcción (MMC), la construcción industrializada apenas representa en España entre un 1% y un 2% del total de las construcciones. Este porcentaje está muy por debajo de otros países europeos, como Alemania o Reino Unido, en el que este sistema tiene una ratio de un 9% y un 7%, respectivamente. Y está a años luz del 50% que se registra en Países Bajos.
En España, la primera fábrica de construcción industrializada integral se inauguró en noviembre de 2021 en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, impulsada por Grupo Avintia y Cemex Ventures. Bajo el nombre de Wallex, las dos empresas invirtieron seis millones de euros en la factoría, que recibió su primer encargo de la mano de la promotora Culmia, que le encargó la construcción de 1.700 unidades correspondientes al Plan Vive de la Comunidad de Madrid.
Otra de las empresas pioneras es la belga Sismo, que desembarcó en el mercado español en 2012 con un primer centro de producción en Marbella. Desde entonces, la compañía ha ido escalando su negocio. En 2021, completó la fabricación de más de 60.000 metros cuadrados de paneles destinados a un total de 138 viviendas.
En la esfera patronal, el segmento también ha ido dando pasos. Uno de los más relevantes fue la creación, a mediados de 2021, del Clúster de Industrialización, que agrupa diferentes promotoras, fabricantes y comercializadoras españolas con un interés común en desarrollar proyectos de construcción industrializada. Vía Ágora, Neinor, Altamira o Kronos son algunas de las compañías integradas en el Clúster.
En España, la primera fábrica de construcción industrializada integral se inauguró en noviembre de 2021 en Aranda de Duero
Atraer jóvenes y mujeres
La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ya hace tiempo que advierte de la dificultad que tienen las empresas del ramo para encontrar mano de obra cualificada. La patronal señala que gran parte de los profesionales con más trayectoria en la construcción están cerca de la jubilación y no observa que a corto plazo se pueda asegurar su relevo, pese a la alta tasa de paro juvenil que registra el país.
Este es uno de los grandes retos al que se enfrenta toda la cadena de valor de la edificación, por lo que el sector confía que la construcción industrializada pueda servir de solución. En este sentido, justo antes de la celebración de la feria de la construcción Rebuild el pasado mayo, el presidente del certamen y consejero delegado de Aedas, David Martínez, señalaba que el uso de tecnología puntera (método BIM, diseño 2D y 3D, etc.) incrementa el atractivo de un sector “que necesita captar nuevo talento más joven y profesionalizado”. Además, Martínez añadía que la edificación offsite abre las puertas a que las mujeres amplíen su cuota laboral en el conjunto del sector de la construcción.
La sostenibilidad como ‘driver’
Otro de las grandes ventajas de la construcción industrializada es su propensión para reducir la huella contaminante. En este sentido, la generación de residuos y las emisiones de dióxido de carbono son los dos grandes problemas de los que adolece la construcción, que en las clasificaciones sectoriales siempre aparece como uno de los segmentos más contaminantes.
En este sentido, la construcción industrializada reduce de manera significativa el derroche de recursos, ya que el sistema optimiza al máximo el uso de cada material y, además, reduce las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera al realizarse la mayor parte del proceso en una fábrica, donde los parámetros están más controlados. Por ejemplo, en las promociones del Plan Vive que Avintia está levantando para Culmia, se calcula que el sistema industrializado utilizado reducirá un 60% los residuos relacionados. Otro ejemplo es la iniciativa YZ Hub, un proyecto colaborativo entre veinte empresas del sector, planteado como un laboratorio para el futuro desarrollo de viviendas sostenibles.