Documento realizado por especialistas del Banco Mundial que relaciona las consecuencias positivas y negativas de un producto en el ambiente evaluando su sustentabilidad edificativa, destaca a la madera por su cualidad de mayor captura de carbono, su reciclabilidad y, sobre todo, por su condición de transformarse en biomasa sin generar contaminación.

Fuente: Madera21

No es un misterio que la madera posee características naturales que contribuyen al cuidado del planeta y del ecosistema. Aun así, ¿qué pasaría si mediante un macro estudio se analiza cuál es la realidad al compararla con otros materiales de construcción como el acero o el hormigón? El resultado es un informe titulado “La construcción de viviendas en madera en Chile: un pilar para el desarrollo sustentable y la agenda de reactivación”, un trabajo liderado por especialistas del Banco Mundial que abarca, entre muchas temáticas relacionadas, el estado de la construcción en madera en Chile, la lucha contra el cambio climático, el déficit habitacional y la reactivación tras la pandemia.

Como dato importante, hay que destacar que la madera es uno de los materiales más difíciles de estimar su carbono incorporado, ya que depende de diversos factores, tales como su origen, el manejo sostenible del bosque de extracción, el contenido de humedad de la madera, la especie del árbol, su edad y su densidad.

madera

Así, según el estudio realizado, se obtiene que los sistemas en base a entramado de madera presentan emisiones menores que sus pares en otras materialidades. De esta forma, varía entre una razón de 1,2 y 3,4 veces más las emisiones, correspondientes a acero galvanizado en viviendas de dos pisos y a hormigón en edificios de seis pisos. Esto explica que materializar la obra gruesa de un edificio de seis pisos en hormigón incorpora 3,4 veces el CO2eq que incorpora la misma edificación con madera.

Haciendo un resumen evaluativo por ciclos, la mayor cantidad de emisiones de CO2eq se presentan en la etapa de operación de la vivienda. En promedio, al considerar las etapas de construcción y uso de las tipologías estudiadas, el carbono incorporado corresponde a un 9,2% de las emisiones totales asociadas a la construcción. La etapa de uso, por otra parte, representa cerca de un 91% de las emisiones, con un 60,4% asociado a consumo fijo y 30,4% a calefacción. Sin embargo, es necesario destacar que la zona a evaluar es muy relevante para el impacto de cada etapa del ciclo de vida, pues, por ejemplo, en Antofagasta el consumo de calefacción no supera el 13% y en Punta Arenas este valor llega al 51%.

De hecho, con el fin de cuantificar el impacto ambiental de las emisiones de CO2eq, se han implementado iniciativas que asignan un valor monetario al carbono generado, valorizando en parte el impacto en el cambio climático. Éstas, sin embargo, aún son insuficientes, ya que la mayoría de los precios establecidos están por debajo de los precios congruentes con el logro del Acuerdo de París.

En este escenario, el denominado “impuesto verde” asigna un valor muy inferior en el contexto chileno y, si bien el país tiene como objetivo establecer un costo de mercado en torno a 32 USD/TCO2eq y así converger a un estándar más a cercano a los compromisos internacionales, a la fecha eso no se ha concretado.

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