Han pasado cerca de 5 años desde que se realizó la primera entrevista dentro del boletín Sochige. A lo largo de estos años, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a distinguidos ingenieros Geotécnicos (S. Kramer, J. Burland, E. Hoek, L. Wesley, R. Verdugo, A. Sfriso, L. Foncea, L. Valenzuela, solo por nombrar algunos), con quienes hemos podido conversar sobre los últimos avances de nuestra especialidad, educación enfocada en Ingeniería Civil, proyectos emblemáticos, e investigación en general. Puedes aprovechar de revisar las entrevistas anteriores en el siguiente link: Entrevistas – Sociedad Chilena de Geotecnia (sochige.cl)

En esta oportunidad, hemos querido por primera vez realizar algo diferente (y no entrevistar a un ingeniero geotécnico), habiendo entrevistado en esta ocasión al distinguido Astrónomo Nacional, Dr José Maza.

Esperamos que la entrevista sea de su agrado.

Entrevista al Dr. José Maza

¿Cuáles fueron sus primeros acercamientos a la astronomía? ¿Qué razones lo motivaron a seguir por este camino?

Mi primer acercamiento a la astronomía fue a través de los vuelos espaciales. El vuelo de Gagarin me dejó muy excitado. Yo era niño y empecé a leer cosas de astronomía, de astronáutica, de los planetas, de la exploración del sistema solar, etc. Y cuando estaba ya en ingeniería, se abre la carrera de astronomía, y como ya la astronomía era parte de las cosas que realmente me interesaban, opté por la carrera de astronomía, y abandoné la ingeniería eléctrica, que era mi primera opción.

Dentro de los varios proyectos que ha realizado en su carrera, como importantes investigaciones, hitos de divulgación científica, docencia, ¿cuál considera que es el proyecto más importante, o al que le guarda mayor cariño?

Bueno, los dos proyectos que creo que le guardo más cariño son el Calán-Tololo, que fue la culminación de un estudio de supernova de Super Nova y fue sumamente exitoso. Y el otro gran proyecto que he hecho en los últimos diez años es la divulgación científica. divulgación para todo lector a través de libros bastante fáciles de leer, y también divulgación para jóvenes, incluso con programas de televisión, “El cosmos”, “El profe maza”, etc. Así que, serían “Divulgación” y “Calán-Tololo”.

Como parte del Proyecto Calán-Tololo, que aportó en el descubrimiento de la expansión acelerada del universo, ¿podría comentarnos la importancia de este en la comprensión actual del universo? ¿Qué implicaciones tiene este descubrimiento para la física?

Bueno, en 1929 el astrónomo norteamericano Edwin Hubble publicó los datos que hablaban de que el universo -y en gran escala se está viendo ahora – como en gran escala, la única fuerza que persiste es la gravedad y en gran escala, la auto gravedad del universo debía de estarlo desacelerando, debía estar frenando esa expansión.

Y bueno, lo que nosotros encontramos fue un indicador de distancia excelente. Son la supernova tipo 1- A. Y con ese indicador de distancia, dos grupos norteamericanos encontraron que en gran escala, la expansión se está acelerando, con lo cual se descubrió una nueva fuerza. Una nueva energía que tiene el universo que la llamaron “energía oscura” y que significa que en gran escala, la energía oscura se opone y le está ganando a la fuerza de gravedad. La fuerza de gravedad es atractiva, y la fuerza de la energía oscura es repulsiva. Así que en realidad es un tremendo giro… justo cuando publican ellos. Fue el año noventa y ocho. Se termina el siglo veinte con un descubrimiento radical. Es tal vez el descubrimiento más importante de los últimos cincuenta años de cosmología

Los estudios sobre supernovas que ha realizado por el proyecto Calán-Tololo fueron fundamentales para la investigación que ganó el Premio Nobel de Física del 2011. ¿Cuál fue su relación con aquel equipo científico? Desde su óptica, ¿cuál fue la historia sobre el uso y publicación de los datos recabados por Calán-Tololo?

Desde mi regreso de Canadá – en el año 1979 – empecé a buscar supernova con dos personas que trabajaban en el Ferro Galán, Marina Disinski y Luis Eduardo González. Descubrimos muchas supernovas en el año 81’, 81’, 82’, hasta el año 84’, que con el alza del dólar, se puso muy difícil seguir operando en el roble. Entonces tuve un pequeño interregno, pero cuando aparecieron algunos amigos míos en Tolón, interesado en búsqueda de supernovas, yo me integré con ellos. Entonces, tomábamos placas fotográficas en Tololo, las placas se enviaban en la noche a Santiago, y nosotros acá en Santiago, explorábamos las placas para descubrir supernovas. Descubrimos más de 50 supernovas, de las cuales 29 resultaron de ser de tipo, 1-A, y esas las caracterizamos a la perfección. Muy, muy bien.

Y con esa calibración de la Super Nova tipo 1-A fue que Brian Smith y Saul Perlmutter pudieron encontrar que en gran escala el universo se estaba acelerando. Ese es más o menos…y bueno, los datos del Calán-Tololo fueron publicados, y hay un pequeño incidente con una parte de los datos. Mi amigo Mario Hamuy se los prestó a un astrónomo de la Universidad de Harvard, y este tipo con muy mal propósito fue y tomó los datos nuestros y los publicó como que fueran de ellos. Eso produjo un incidente más o menos penoso porque, bueno, uno no espera ese tipo de trabajo sucio en astronomía, sobre todo viniendo de un investigador de una universidad de tanto prestigio como la universidad de Harvard.

Pero más allá del daño que nos hizo, él trató de hacerse él como el que había descubierto la relación entre la luminosidad en el máximo y la tasa a la cual decae la supernova. Pero en realidad todos los datos eran nuestros, y al poco tiempo nosotros publicamos un paper muy contundente donde mostramos todos los datos, y donde hicimos todos los análisis.

Entonces nos hizo un poquito de daño en el sentido en que algunos astrónomos norteamericanos creyeron que los de Harvard habían hecho algo, en circunstancias que no tenían mérito alguno. Nos habían robado los datos. Eso es lo que habían hecho estos tipos. Pero eso fue un incidente menor.

Ahora, Brian Smith, que era el que lideraba el grupo de supernovas, sabía perfectamente quiénes éramos nosotros y era amigo nuestro. Y entonces nunca hubo ninguna confusión. Nosotros fuimos los que descubrimos y calibramos 29 supernovas, y Brian y compañía usando esas calibraciones, fueron más allá y descubrieron que las supernovas distantes que se esperaba que fueran más brillantes resultaron ser más débiles. Así que ahí había un problema.

¿Cómo cree usted que la humanidad podría lograr que la exploración espacial sea sostenible desde un punto de vista medioambiental? ¿Diría usted que los altos costos – tanto en lo que respecta a recursos como en términos de huella de carbono – debieran ser pagados “a toda costa”?

Bueno, la sociedad ha venido tomando conciencia cada día más acerca de el daño que le estamos haciendo al medio ambiente. Se le está haciendo un daño de miles de formas.

Se están emitiendo 52.000 millones de toneladas de anhidro carbónico a la atmósfera en el año. Cada vez que uno quema un neumático, cada vez que uno quema algo sin razón, uno le está echando basura a la atmósfera, y eso está contribuyendo al calentamiento y al cambio climático.

Ahora la exploración espacial, la exploración de los planetas, la verdad es que si hacemos la cuenta representaría mucho menos del uno por ciento de lo que está haciendo el hombre en el planeta. Entonces, ponernos “puntudos” con la exploración espacial me parece que…no veo que corresponda. Ahora, de que hay que hacer las cosas lo mejor posible, no cabe ninguna duda. Es como en Chile, en Chile nosotros contribuimos muy, muy poquito al calentamiento global, pero tenemos que ser conscientes de ello, y tratar de contribuir aún menos.

La conquista del espacio es parte del desarrollo de la humanidad y el desarrollo de la humanidad pasa por ir a la luna – que vamos a ir en un par de años -, pasa por ir a Marte e instalar una colonia en Marte y desde Marte – y desde la Tierra -, el ser humano tendrá que seguir mirando el universo.

Qué tan importante cree usted que es para la humanidad la colonización de otros planetas? ¿Cuáles cree que son los principales desafíos científicos y técnicos en la exploración y colonización espacial?

Yo creo que la exploración de los planetas es algo pero fundamental…fundamental. Los desafíos son enormes, y son de todo estilo. Hay que ver cómo logramos cultivar comida, ¿cómo podemos generar un ambiente que le permita a los seres humanos vivir en el planeta Marte? Por ahora, el único planeta que puede ser colonizado y habitable es Marte. Pero Marte es mucho más inhóspito, pero mucho más inhóspito que la Tierra.

Pero para resolver los problemas de Marte, el hombre va a tener que inventar nueva tecnología. Va a tener que inventar cómo fabricamos oxígeno a partir del anhidro carbónico, pues la atmósfera de Marte sólo tiene anhidro carbónico. Ya hay una máquina que absorbe el anhidro carbónico de la atmósfera marciana, que rompe la molécula el CO2 y puede producir oxígeno. Eso puede tener unas capacidades enormes en la Tierra. El día de mañana podríamos tener montones de esas máquinas – que es la labor que tienen que hacer los árboles – y absorber anhidro carbónico y emitir oxígeno, etc. Hay miles de cuestiones, que son pero fantásticas…Son desafíos enormes.

Cuando el hombre fue a la luna no había ninguna necesidad de ir a la Luna. No había ninguna necesidad, pero era un desafío, y se creó la electrónica, los computadores, se hicieron programas de computación, se hizo microelectrónica, los computadores empezaron a proliferar y hoy día tenemos teléfonos celulares, programas de televisión vía satélite, etc…Un gran etc… Y eso es el resultado de haber ido a la Luna.

Silicon Valley en Estados Unidos, no es que sea un lugar fértil en el cual “alguien dijo que aquí sea y ahí fue”, NO. Silicon Valley lo crearon las empresas que trabajaban para la NASA, y hoy día tenemos empresas como Google, Microsoft, Apple, que son empresas extraordinarias que nos cambiaron la vida para siempre. Yo creo que colonizar los planetas es algo que si estuviera en mí, yo lo haría lo antes posible.

¿Cree usted que Chile debiera tener un rol en la exploración espacial? De ser así, ¿cuál?

Yo creo que sin duda Chile podría tener un rol en la colonización de Marte. Por ejemplo, podríamos empezar a investigar desde ya en la Antártida, en las altas cumbres de los Andes…Tener invernaderos donde cultivar porotos, trigo maíz…Ver cuánta energía necesitamos para hacer un kilo de trigo, un kilo de arroz, un kilo de quinoa.

Hay muchos productos agrícolas que pueden tener distintos consumos de agua, etc. Entonces en Chile podríamos investigar ese tipo de cosas…y si lo llevan a Marte? Magnífico. Y si no lo vamos a aprender, igual nosotros.

Fíjate que el maqui el Maki es un producto muy, muy local, y que han encontrado que tiene unas propiedades extraordinarias. En la Universidad de Talca entiendo que están investigando, están domesticando el maki, y con eso están haciendo jugos antioxidantes estupendos. Entonces Chile puede participar en muchos sentidos: el tipo de participación que podríamos tener es tan infinita, que no puedo hacer una lista de lo que podríamos hacer. Pero por lo menos esto de “poder comer en Marte”, que es una cuestión fundamental, Chile podría ser un aporte. Y si aprendemos algo… El conocimiento siempre nos va a venir bien. Chile no puede ser un país donde todo se lo esté preguntando al país del lado: “¿Y qué hacemos ahora? ¿Y qué hacemos ahora?” ¡No!. En Chile tenemos que aprender a pensar y a lo mejor la carrera espacial, la ida a Marte, nos puede dar un muy buen pretexto para aprender.

Entrevista por
Valeria Molina, Estudiante de Ingeniería Civil
Gonzalo Boada, Ingeniero Civil
Rafael Iglesias, Ingeniero Civil, Director de Sochige

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