La startup Respyre lanza un hormigón fabricado con capacidades que facilitan el crecimiento del musgo de forma rápida y fácil. Una nueva oportunidad para introducir la vegetación en fachadas, edificios y entornos urbanos.
Fuente: Ovacen
Los musgos son plantas no vasculares; carecen de raíces, tallos y hojas. Unas propiedades interesantes que, utilizadas con cabeza, pueden aportar beneficios al sector de la construcción.
Sobre todo, la carencia de raíces. Una característica que puede ser beneficiosa cuando planteamos utilizar este tipo de plantas en las fachadas de los edificios.
Y sí combinamos hormigón y musgo… ¿Podríamos construir fachada totalmente cubiertas de un manto de musgo? Te imaginas, un jardín vertical sin la necesidad de montar ninguna estructura que lo soporte.
De esta idea, nace la startup con sede en Holanda, la innovadora Respyre. Han desarrollado un hormigón con características y nutrientes especiales que facilitan el crecimiento del musgo ¡un hormigón verde!
EL HORMIGÓN BIO-RECEPTIVO FACILITA EL CRECIMIENTO ESPONTÁNEO DEL MUSGO SOBRE UNA SUPERFICIE
Lo llaman, el Hormigón Bio Receptivo. Convierte cualquier superficie en una oportunidad para introducir la vegetación en el entorno urbano. Te imaginas un pavimento de hormigón impreso con esta técnica, podríamos hacer losas enormes donde crece el musgo de forma rápida y sin complicarnos mucho.
Una vez endurecido, la superficie del hormigón bio receptivo se adapta al crecimiento del musgo. Varias características, entre las que se incluye su porosidad y retención de agua, la textura de microporos, la acidez y los nutrientes que se incluyen en la mezcla. Crean el entorno perfecto para que el musgo prospere.
El musgo es una vegetación increíblemente adecuada para fachadas. Tiene los llamados rizoides, en vez de raíces, no son destructivos y funcionan principalmente como un adhesivo. El hormigón bio receptivo crea un sustrato que se adapta perfectamente a las necesidades de los rizoides.
Según la empresa, la solución puede ser un yeso, en un elemento de hormigón prefabricado o un hormigón vertido in situ. Pudiendo aplicarse tanto en estructuras existentes o en futuros proyectos de obra nueva.
REPRESENTA UNA FORMA RÁPIDA, FÁCIL Y RENTABLE DE INCORPORAR LA NATURALEZA AL ENTORNO URBANO
Con los nutrientes añadidos en el hormigón, el musgo crece rápidamente. Opcionalmente, también se puede injertar el musgo, con resultados aún más rápidos. En ambos casos, el musgo habrá cubierto la superficie en un par de meses y empezarán los beneficios.
Otra de las ventajas palpables es que no necesitas ninguna estructura o sistema de anclaje para obtener un manto verde, al contrario, de los sistemas tradicionales en el montaje de jardines en verticales, reduciendo costes significativamente.
«Como las variedades de musgos es tan amplia, cabe la posibilidad de mezclar y combinar varios tipos para maximizar los beneficiosos específicamente para cada proyecto», comenta Respyre.
Cualquier superficie cubierta por musgo, grande o pequeña, se convierte en un sistema respiratorio autónomo y natural para la ciudad. Un sistema que apuesta por el ciclo natural de los recursos y la sostenibilidad del medio ambiente ¡ciudades que respiran!
Es reconocido que los avances en materia medioambiental del hormigón son bien escasos tal como se comenta en el informe del año pasado Zero Carbon Industry Plan Rethinking Cement. Aunque hay alternativas con nuevos materiales que tienen un futuro prometedor, aún queda mucho trabajo por delante.
El cemento, el componente clave del hormigón y uno de los materiales más utilizados por el hombre, es ahora la piedra angular de la construcción global. Ha dado forma al entorno moderno, pero su producción tiene una huella masiva que ni la industria ni los gobiernos están dispuestos a abordar.
Incidiendo en que, los arquitectos, ingenieros, contratistas o clientes son comprensiblemente cautelosos con los nuevos materiales de construcción, pero, si no hay cambio de mentalidad… ¿Qué futuro nos espera?