El arquitecto Andrew Waugh, entrega detalles de los beneficios constructivos de la madera y la posiciona como material fundamental para combatir la crisis del cambio climático.
Fuente: Madera21
Andrew Waugh, arquitecto y creador en 2008 del primer edificio alto de madera en el mundo y fundador en 1997 de la prestigiosa oficina londinense Waugh Thistleton Architects, entrega detalles de los beneficios constructivos de la madera y la posiciona como material fundamental para combatir la crisis del cambio climático.
En la vida hay diferentes tipos de afectos, ¿pero es posible sentir uno por un material para construir? Adentrándonos en la trayectoria profesional del arquitecto británico Andrew Waugh, podemos señalar que sí. De hecho, su historia con la madera lleva más de veinte años, entendiendo el cariño, respeto y admiración por esta materia prima que produce una gran cadena inspirativa en el rubro constructivo y también en la protección del medio ambiente.
Los inicios de esta relación hacen remontarnos a 1997, año en que Waugh, junto al también arquitecto Anthony Thistleton, fundaron Waugh Thistleton Architects. Una oficina arquitectónica con sede en Shoredith (Londres) que, mediante una práctica única, produce proyectos reflexivos y sostenibles en su propio vecindario y más allá de las fronteras. Ésta es líder mundial en madera de ingeniería y pionera en el campo de los edificios en altura hechos con este material. Tanto es así, que en 2008 llevaron a cabo el proyecto llamado Murray Grove, el cual fue el primer edificio de vivienda urbana erigido enteramente de madera maciza prefabricada.
Este hito, además de conseguir que los ojos de la industria se posaran sobre ellos y en su nueva manera de trabajar, les permitió seguir innovando, investigando y, por supuesto, construyendo. Su contribución fue un aporte en el actual movimiento global para construir con madera, cuyo fin es posicionarla junto al hormigón y el acero para, de esta forma, disminuir las emisiones de carbono que tanto daño le están haciendo a nuestro planeta.
Respecto a las aludidas emisiones, a través de una columna que Waugh escribió el año pasado, resalta que “los árboles absorben dióxido de carbono de la atmósfera, conservan el carbono y liberan el oxígeno. Son la tienda de carbono perfecta. Casi el 50% de la masa seca de un árbol es carbono. Y cuando lo cortas para producir madera, encierras ese carbono en un edificio. Existen todas estas ideas locas sobre la explosión de carbono en el espacio o enterrarlo bajo el mar, mientras que lo que debemos hacer es cultivar más árboles. Realmente, es así de simple. Hemos estado usando camisetas diciendo eso por años; ahora está ganando tracción, lo cual es emocionante”.
Acerca de los métodos empleados a lo largo de su carrera, y destacando “Stadthaus”, el experto indica que ese proyecto demostró por primera vez que el CLT tiene el potencial de ser un “un reemplazo económicamente viable, ambientalmente sostenible y hermoso del hormigón y el acero en viviendas de alta densidad”. Incluso, señala que “con la experiencia, estamos aprendiendo a utilizar los paneles de CLT en tiras o columnas, para así utilizar menos madera”. Se trata de una auténtica revolución constructiva, la cual, además, tiene la gran oportunidad de aprovechar y potenciar las economías rurales
–Estamos atravesando años críticos en lo que respecta al cambio climático en el mundo. ¿De qué manera puede influir la madera y qué consejo daría para poner en práctica una estrategia a la hora de construir?
–Necesitamos dar cuenta del carbono incorporado de nuestra industria, el carbono inicial utilizado para producir los materiales y construir los edificios, ¡ése es el carbono que estamos usando ahora mismo!
–En general, se sigue prefiriendo la construcción de hormigón. ¿Qué ventajas específicas aporta una casa o edificio construido en madera que no tiene el cemento?
–¡Es baja en carbono! Y se puede reponer. Puedes cultivarla, es liviana, fácil de llevar a cabo, no tóxica y saludable para construir, vivir y trabajar.
–Ha ganado premios y es una figura muy importante a la hora de hablar de arquitectura sostenible. ¿Cuál es este motor que lo impulsa a seguir enseñando y creando conciencia en el público que un mundo más verde es posible en la construcción y en todos los ámbitos?
–Debido a que estamos en un estado de emergencia y soy optimista, creo que podemos mejorar la situación y encaminar al mundo hacia un futuro más saludable y sostenible.
–¿Pero de qué manera? La pandemia ha obligado a encerrarnos. En estos tiempos de crisis sanitaria, ¿puede, por ejemplo, una construcción de madera aliviar enfermedades mentales, como la ansiedad o la propia depresión?
–Definitivamente, todos hemos aprendido que el aire libre y la naturaleza son vitales para nuestro bienestar mental y nuestro estado de ánimo. ¡Necesitamos la naturaleza que nos rodea! La construcción de edificios en madera proporciona espacios que están en armonía con la naturaleza; no materiales duros y fríos que han raspado la superficie del planeta.