Como consecuencia de los cambios sociopolíticos a nivel mundial, la globalización de la economía, los efectos de la pandemia y el acelerado desarrollo tecnológico, se está produciendo una transformación en las distintas formas de trabajar y, en particular, en el quehacer de la ingeniería.
Fuente: Comunicado de Prensa Arcadis Chile
Columna: Gabriela Catalán Jefa de Proyectos de Infraestructura de Arcadis Chile
Hoy más que nunca resulta clave equilibrar las necesidades técnicas y operativas de los grandes proyectos de infraestructura con una buena planificación urbana, uso sustentable de los recursos y participación ciudadana, entre otras consideraciones.
Las regulaciones actuales y las partes interesadas exigen contemplar variables sociales y medioambientales para el desarrollo de nuevos proyectos, por lo que el factor sostenible ya no es sólo un ideal, sino un imperativo ético y legal.
En efecto, la industria de la construcción en general y los proyectos de infraestructura en particular tienen efectos ambientales significativos, ya que el sector fue responsable de más del 34% de la demanda energética y alrededor del 37% de las emisiones de CO2 a nivel mundial asociadas a la energía y sus operaciones durante 2021 (ONU).
Por ello, la reducción de las externalidades negativas exige de la visión de futuro y capacidad integradora de un/una ingeniero/a consultor, quien tiene la facultad de adaptarse a los procesos de cambio de la sociedad y está altamente capacitado para entregar soluciones atingentes, innovadoras y contemporáneas.
Es así como los contextos actuales demandan que seamos profesionales que tengamos una profunda comprensión de las tendencias actuales y futuras de la sociedad en términos de cambio climático, pandemia, avances en la ciencia y tecnología, como también sobre demandas sociales. De esta manera, podremos anticiparnos a las necesidades, incorporando una mirada sustentable y de participación ciudadana que permite un desarrollo armónico y prospectivo de los proyectos.
En el ámbito del cambio climático, la consultoría cumple un rol fundamental para identificar las consecuencias del aumento de la temperatura global y su impacto en la infraestructura existente, así como en los proyectos futuros.
El mundo necesita invertir US$ 90 billones en infraestructuras sostenibles a 2030, según estimaciones de The New Climate Economy. Para permitir el desarrollo sostenible de una infraestructura pública que mejore los estándares de vida de las personas, la mirada de un/a consultor/a experto/a es indispensable. Los beneficios son múltiples, no sólo para el planeta, sino también para la sociedad y para el desarrollo de la infraestructura.