Este proyecto pretende ‘ocupar’ una zona despoblada de la bahía de Tokio para construir una ciudad de hasta 1.000 hectáreas.
Fuente: El Español
Las energías renovables se encuentran presentes en cualquier diseño actual, desde este ingenioso invento español que produce el combustible suficiente como para viajar de España a Nueva York hasta unas hojas artificiales que producen combustible limpio. Sin embargo, no dejan de ser diseños individuales y sin una visión más amplia. Es por este motivo por el que en Japón ya han comenzado a construir desde cero ciudades futuristas que también se caracterizan por ser sostenibles.
Una de estas innovadoras iniciativas es el “Proyecto eSG de la Bahía de Tokio”, que pretende construir una minicuidad sostenible en unas 1.000 hectáreas que se ganaron al mar de la bahía a la que rodea la capital japonesa. La parcela en cuestión se utilizó durante los Juegos Olímpicos que tuvieron lugar en 2021 para las pruebas de piragüismo y remo. Aunque actualmente se encuentra despoblada y tan solo se utiliza para almacenar contenedores y procesar los residuos de la ciudad.
El proyecto cuenta con una financiación durante su primer año de hasta 30 millones de yenes, que al cambio actual vendrían a ser unos 200 mil euros, para cada una de las nueve propuestas elegidas de las 55 empresas, universidades y organizaciones de la zona que presentaron sus ideas. Entre algunas de ellas, se encuentran unos barcos que funcionan con pilas de combustible y energía limpia generada por instalaciones solares y turbinas verticales, incluso con vientos de tipo tifón.
Otra de las consideraciones en las que trabaja este proyecto es la posible captura de carbono para reducir las emisiones de CO2 provocadas por las actividades humanas. Además, esta ciudad no tan del futuro también busca convertirse en un modelo para otros centros urbanos con la purificación del agua y los plásticos reciclados con los que funcionaría únicamente este espacio. Así, el Proyecto eSG se ha centrado sobre todo en nuevas tecnologías que puedan garantizar la reducción de la congestión del tráfico propia de una ciudad como Tokio.
Las oficinas del futuro
Que el motor principal de esta iniciativa sea la búsqueda de la sostenibilidad no significa que no vaya a contar con elementos de las ciudades actuales como oficinas, centros comerciales o estadios de fútbol. Y es que algunas compañías como el fabricante de videojuegos Konami y el grupo de televisión Asahi Holdings Corp han declarado ya que se comprometen a ofrecer espacios de entretenimiento para la minicuidad.
Toyota también ha anunciado que construirá un estadio que aunque se situaría alrededor del proyecto también tendrá la sostenibilidad como pilar de su diseño. No será de fútbol, sino de baloncesto, y será la sede del Alvark Tokio, equipo al que patrocina la propia compañía de automóviles. “El estadio tendrá el potencial de ser un punto de referencia y una fuerza motriz para hacer la zona aún más atractiva”, reconocía Kunihiko Hayashi, el presidente del equipo de baloncesto, en una rueda de prensa.
A diferencia de los anteriores proyectos, que estaban financiadas por empresas gigantes como Toyota, en esta ocasión el conocido como “Proyecto eSG de la Bahía de Tokio” se trata de una iniciativa promovida por el Ayuntamiento de Tokio. De hecho, la cabeza visible del proyecto es el vicegobernador de la ciudad nipona, Manabu Miyasaka, quien asegura en una entrevista a Bloomberg que tienen “el reto de construir una ciudad que sea fuerte ante las crisis que nos enfrentamos”.
En este sentido, Miyasaka, que anteriormente fue presidente de la multinacional japonesa Yahoo, pone como ejemplo posibles “enfermedades infecciosas, el cambio climático o el suministro de energía”. El vicegobernador ha presumido de que “Tokio se ha expandido gracias a la creación de terrenos ganados al mar”, lo que resulta toda una ventaja para este proyecto.
La pregunta que ha surgido a raíz de este proyecto es si el futuro que se dibuja en la película de anime Akira (Katsuhiro Ōtomo, 1992) podría convertirse en realidad. Y aunque Miyasaka no haya utilizado esta referencia cinematográfica, sí que ha valorado que “la tecnología esté dejando de usarse en el mundo puramente digital para pasar a los espacios físicos“, como el que proponen desde su gobierno.
Cuándo se podrá visitar
La pregunta más esperada no es otra que “¿Cuándo se podrá visitar la ciudad del futuro?”. Pues bien, aunque las pruebas no comenzarán hasta el 2023, su apertura está prevista dentro de unos dos años. Aunque en realidad la fecha dependerá de la rapidez con la que Japón se mueva para regular la normativa en este sentido. El presidente del Instituto de Política Metropolitana con sede en Tokio, Hiroo Ichikawa, ha propuesto crear “una agencia estatal de desarrollo” para dejar que las nuevas tecnologías se desarrollen en el diseño de las ciudades del futuro.
Al igual que en otros muchos aspectos, el país nipón está a años luz en lo que a ciudades sostenibles se refiere, como demuestra el hecho de que este proyecto tan solo sea uno más que se une a la extensa lista de iniciativas sostenibles en Japón. Entre ellas, se encuentra la torre flotante de 1.700 metros, que se convertiría en el rascacielos más alto del mundo.
Esta propuesta nace de la firma de arquitectura global KPF, quien también ha diseñado —dentro del proyecto conocido como “Next Tokio“— una miniciudad sostenible y flotante que proporcionaría hogar a medio millón de ciudadanos. En el caso del proyecto eSG, todavía se desconoce la cifra exacta, pero aseguran que sería una de las ciudades más pobladas del país. Una promesa que quizás no sea tan sorprendente, pues Tokio y Kanagawa son las únicas de Japón que superan los dos millones de ciudadanos.