En Chile, la compañía Volcán ya trabaja en diversas soluciones, contribuyendo a fabricar elementos constructivos que luego se montan en terreno ahorrando costo, tiempo y agua.

Fuente: Comunicado de Prensa

La empresa chilena Volcán proyecta que la contracción que enfrenta el mercado de la construcción podría acelerar la transición hacia métodos más eficientes de edificación, entre estos principalmente la de carácter industrial. Actualmente, casi 3 mil compañías del sector se encuentran en procesos de liquidación forzosa o voluntaria.

“Es una oportunidad de revisar cómo hacemos las cosas: cuando hay dificultades, los avances se aceleran”, opina Ricardo Fernández, ingeniero civil y gerente Técnico y de Desarrollo Sostenible de Volcán, compañía con más de cien años y que elabora soluciones constructivas sostenibles.

La construcción industrializada apunta a desarrollar la mayor cantidad de procesos fuera de la obra y luego avanzar hacia una ejecución más eficiente, con menor impacto y menos residuos. “La sostenibilidad y la industrialización derivarán también en una mayor competitividad y creemos que se podrían agilizar estos procesos de cambio hacia nuevos métodos de construcción”, dice Fernández.

Algunas de las ventajas de la construcción industrializada son la optimización de los tiempos de construcción, la reducción de la huella de carbono en las edificaciones, un mejor control presupuestario en la fase de ejecución y la garantía de lograr una óptima eficiencia energética en el resultado final.

En el caso de Volcán, la compañía nacional ya trabaja en diversas soluciones de tipo industrial, contribuyendo a fabricar en sus instalaciones baños, escaleras, tabiques, shaft e incluso quinchos que se montan en terreno. “El objetivo es que la mayor cantidad de operaciones en la obra sean las de montaje y no martillando o pegando cosas como hemos visto tradicionalmente”, explica Ricardo Fernández.

La construcción industrializada considera procesos eficientes con un flujo continuo, ejecución de obras de forma seriada y repetitiva, realizando una actividad estandarizada en un ambiente controlado, con un ritmo definido, planificación y análisis de procesos. Uno de sus aspectos más relevantes es la exigencia de una integración temprana de los distintos actores de una obra.

“Hoy en Chile estamos avanzando hacia una estructura de pórticos, normalmente son columnas y losas, y eso puede tener distintas materialidades. De hormigón, que es lo más usado, pero también puede ser el acero e incluso en base a madera (tradicional o CLT). La idea es que permitan un rápido armado, montaje y conexión con la estructura principal”, sostiene Fernández.

Reducir tiempos y construcción liviano-sostenible

Se estima que solo en términos de productividad, una obra ejecutada con métodos industrializados podría ser más de un 10 por ciento superior que una impulsada bajo procesos convencionales. Esto gracias a que gran parte de las acciones se realizan ambientes controlados y con el uso de herramientas más avanzadas.

Desde Volcán precisan que, por ejemplo, la aplicación manual de yeso en un muro puede tener mermas de, en promedio, un 20 por ciento, versus el 3 por ciento logrado con una máquina. Esto es significativo en términos de lo que se conoce como “los tres tercios negativos” de la construcción: residuos, huella de carbono y gestión energética.

“La construcción industrializada está bajo el parámetro de la sostenibilidad. En Chile, una construcción dura más de 50 años, y el CO2 equivalente en la construcción misma como en la operación del edificio por ese tiempo muestra que los métodos modernos tienen una ventaja importante sobre los tradicionales”, menciona el ingeniero.

A nivel hídrico hay otro beneficio relevante: los métodos industrializados permiten acotar la generación de residuos que puedan contaminar zonas donde posteriormente éstos se disponen. A nivel global, la construcción es responsable del 10 por ciento del consumo mundial de agua y un porcentaje significativo de las extracciones desde fuentes naturales para uso industrial se destinaron para producir el insumo clave del sector: el hormigón. Para nuestro país, se trata de una dimensión especialmente sensible.

“En muchas zonas de Chile el agua es un bien tremendamente escaso. Antiguamente hablábamos de la construcción liviano-seca, hoy liviano-sostenible, que es lo que promovemos como empresa. Su nombre se debe a que precisamente tiene un consumo hídrico menor, medido por valores objetivos. Tenemos que buscar que la edificación se mantenga con un buen desempeño a lo largo del tiempo y con menos impactos a todo nivel”, puntualiza el ejecutivo.

Ver Anterior

¿Qué aspectos están hoy afectando el aislamiento acústico?

Ver Siguiente

Construye Ñuble 4.0, el programa que busca fortalecer la industria de la construcción en la región

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...

Comentar Publicación