Los grandes edificios comerciales, como supermercados, hospitales o edificios de oficinas, necesitan contar con un sistema de aire acondicionado para hacer más amigable el ambiente de las personas que los ocupan. Sin embargo, es precisamente el aire acondicionado, por concepto de consumo energético, lo que más gasta en este tipo de edificios.
Fuente: EMB Construcción
Según el jefe de Productos HVAC de Midea Carrier Chile, Pierre Dréano, el aire acondicionado representa cerca de un 30% del consumo de un edificio comercial, pero las nuevas tecnologías permiten reducir considerablemente ese gasto.
En la mayoría de este tipo de edificios se utilizan sistemas de aire acondicionado con chillers o enfriadores. En estos casos, solo el chiller representa hasta el 60% del consumo energético de todo el sistema del aire acondicionado. Es un equipo refrigerador de líquido que, como en un sistema de expansión directa, calienta o enfría mediante el intercambio térmico. Mantiene el líquido refrigerado cuando está en función de frío o calentado cuando está en función de bomba de calor.
Tomando en cuenta que hay una gran cantidad de edificios con sistemas de aire acondicionado de los años 90 o 2000, una forma de reducir su consumo energético es cambiar el chiller por uno más moderno. Según Dréano, los nuevos chillers de Carrier pueden ahorrar hasta un 55% del consumo energético en comparación con uno tradicional. Esto, a su vez, permite ahorrar hasta un 33% del consumo del aire acondicionado y, por lo tanto, hasta un 10% del consumo energético total del edificio.
Chillers de última generación
En la actualidad, los chillers centrífugos Carrier son las unidades más eficientes del mercado debido a su tecnología, la cual incluye variadores de frecuencia en los compresores centrífugos, además de intercambiadores del tipo inundados, los cuales permiten efectuar labores de mantenimiento más eficientes. Este tipo de enfriadores es la solución perfecta para aplicaciones comerciales e industriales, en las que los instaladores, consultores y propietarios de los edificios exigen una fiabilidad superior y un rendimiento óptimo, especialmente a carga parcial.