Aunque la transformación e innovación sigue a un ritmo más lento que el de otras industrias, la construcción está siendo testigo de cómo sus prioridades, métodos y técnicas se van adaptando a las necesidades sociales, económicas y medioambientales actuales, dando lugar a nuevas tendencias que contribuyen a su avance.

Fuente: Interempresas

Los retos identificados a raíz de la pandemia, como la necesidad de nuevas actuaciones vinculadas a la sostenibilidad y la eficiencia, o la adecuación a nuevas formas de vida, trabajo y ocio, han llevado a que el sector dé este año un salto exponencial y se transforme definitivamente.

Al igual que otros sectores, la construcción tampoco ha dejado de evolucionar en los últimos años. Aunque, hasta el momento, este proceso de transformación e innovación seguía un ritmo más lento que el de otras industrias, ahora está siendo testigo de cómo sus prioridades, métodos y técnicas se van adaptando a las necesidades sociales, económicas y medioambientales actuales, dando lugar a nuevas tendencias que contribuyen a su rápido avance.

Hace un año, con motivo del impacto de la crisis sanitaria en el sector, el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España hacía un pequeño análisis de los puntos clave que serían la guía del futuro inmediato de la construcción y la arquitectura, y en los que había que incidir y potenciar a corto y medio plazo. Estos eran: renovación energética, actuaciones vinculadas con la sostenibilidad, mayor accesibilidad, adecuación funcional a nuevas formas de vida, trabajo y ocio, adaptación a una población progresivamente envejecida, adecuación a los factores de salud del momento e incorporación de nuevas tecnologías y materiales. Estas necesidades, enmarcadas dentro de las últimas estrategias nacionales y globales, tanto públicas como privadas, han contribuido a que la construcción dé un salto exponencial y a que 2022 se consolide como el año de la transformación definitiva.

Con motivo del inicio del nuevo ejercicio, los expertos de Sto, compañía internacional especializada en la fabricación de sistemas y elementos constructivos, han identificado las principales tendencias que marcarán este año:

Nuevas técnicas en construcción sostenible. El cambio climático es, ahora, una de las grandes prioridades del sector. Esto ha llevado a que las técnicas de construcción también hayan evolucionado en este sentido, algo que seguirá marcando 2022. Esta premisa afectará no sólo a los procesos constructivos, con una mayor apuesta por el uso de recursos materiales sostenibles o por el tratamiento de residuos a través de procesos inclinados a la economía circular, sino también en lo que respecta al edificio construido o rehabilitado, apostando, en mayor medida, por elementos como: aislamiento térmico, carpinterías de calidad, materiales sostenibles, sistemas de ahorro de agua, electrodomésticos de bajo consumo, uso de energías renovables, etc.

tendencias

Salto tecnológico para una mayor eficiencia y eficacia en la ejecución de los proyectos. En 2022, la búsqueda de técnicas y métodos que agilicen cualquier proyecto de construcción, sin desperdiciar recursos o reducir la calidad, seguridad y confort de la edificación será la clave. Y esto sólo se consigue con el apoyo de nuevos sistemas tecnológicos como el BIM, metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de un proyecto de construcción, que tiene como objetivo centralizar toda la información del proyecto en un modelo de información digital. Todo ello, con un fin único: la eficiencia en la ejecución de obras de arquitectura e ingeniería.

Asentamiento de la construcción industrializada. Los principios de sostenibilidad y digitalización están situando en el punto de mira a nuevos modelos de construcción como el industrializado, fundamentado en el diseño y fabricación automatizados de los elementos estructurales y no estructurales de un edificio. Los beneficios que aporta a nivel social, económico y medioambiental serán la base de su éxito este año: optimización de los tiempos de producción hasta un 50%, reducción de costes hasta un 20%, proceso digitalizado y producción automatizada, reducción del impacto medioambiental de la construcción y creación de empleos mucho más especializados, seguros, atractivos e inclusivos. Este modelo es, además, aplicable a todo el sector constructivo – inmobiliario, infraestructuras, etc.- y, aunque es una excelente solución para proyectos de obra nueva, también tiene cabida en la rehabilitación.

Integración de la tecnología de impresión 3D. La impresión 3D aplicada a la construcción consiste en un grupo de tecnologías de fabricación que permiten crear un objeto tridimensional, a través de la superposición sucesiva de capas de determinados materiales. Debido a su facilidad para trabajar con los detalles, se está convirtiendo en un excelente método constructivo para edificaciones más artísticas, incluso en construcciones asentadas en zonas con condiciones climáticas cambiantes. En 2021, se han puesto en marcha múltiples proyectos con impresión 3D y 2022 seguirá una tendencia similar. De hecho, empresas del sector fijan una cifra de crecimiento anual del 14% hasta 2027.

La estética y el diseño, también en fachadas exteriores. Todo este incremento del compromiso por la sostenibilidad y la innovación tecnológica no está reñido con la estética. Al igual que la decoración de interiores ha ganado un papel primordial en las últimas décadas, el diseño llamativo de fachadas, tanto en rehabilitación como en obra nueva, dará el salto en 2022. De hecho, ya es posible personalizar al máximo la zona exterior de un edificio aplicando diferentes tipos de materiales: revocos (orgánicos, minerales, de silicato, etc.), gres porcelánico en diferentes modalidades de presentación (compacto, extruido, de gran formato), cerámica de varios colores y superficies (lisa, rugosa, plástica, etc.), piedra natural de diferentes tipos (arenisca, dolomita, etc.) o, incluso, con vidrio, en diferentes tonalidades y tratamientos.

Espacios más flexibles, multifuncionales y luminosos. La población da más importancia que nunca a los espacios en los que viven y trabajan, lo que ha ocasionado que tanto en viviendas como oficinas ‘prime’ el estilo de vida de las nuevas generaciones. En el caso de las oficinas, con la vuelta a la presencialidad, se apostará por espacios diáfanos donde se comparta sitio con zonas de cafetería, reunión o descanso, para facilitar la movilidad. La arquitectura residencial, por su parte, jugará con las nociones de multifuncionalidad, versatilidad y modularidad en los espacios abiertos, para poder reinventarse en tan sólo unos instantes.

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