Ubicado en un concurrido sector de la ciudad de Tokio donde abundan tiendas de moda callejera, cafés, restaurantes y poseedor de una gran vida cultural, el edificio que alberga a las oficinas centrales de una importante empresa de textiles destaca por sus dos muros curvos de hormigón, los que definen tanto al espacio que ocupan como al entorno que les rodea.

Fuente: Hormigón al Día

Harajuku es un concurrido barrio al oeste de Tokio, que rodea a la estación del mismo nombre, donde se aglutinan una gran cantidad de tiendas de moda y arte callejero, además de cafés, restaurantes y diversos espacios culturales, transformándolo en uno de los sectores más populares de la capital nipona.

Sunwell Muse Kitasando

Fue en esta zona en que el estudio de arquitectura de Takato Tamagami y Tsunomu Hasegawa emplazó las instalaciones de Sunwell, compañía textil nipona, la que decidió que sus oficinas centrales estuviesen en el corazón de esta visitada área de la ciudad de Tokio, que, por la composición de sus tiendas y atracciones, es una suerte de centro neurálgico de la industria de la moda japonesa.

Ya que la empresa maneja el proceso completo de producción y venta, el estudio de arquitectura decidió que el diseño de lo que sería el principal edificio de la compañía debiese incorporar todos estos aspectos, además de reflejar una de las principales líneas de negocio de Sunwell: la ropa femenina. Por ello, el concepto del complejo se realizó como una “suerte de metáfora a la belleza femenina que fuese acorde a la identidad corporativa del cliente”, comentaron.

Un sello distintivo: muros curvos de hormigón

La principal característica del edificio Sunwell Muse Kitasando son sus dos muros curvos de hormigón, los que dominan y dan identidad al espacio completo. “Estos muros forman un pasadizo que conecta las calles que están al frente y a cada lado de la esquina donde se ubica el proyecto”, explicaron desde el estudio.

Asimismo, esta “ruta” -que parece un “callejón delgado o el fondo de una quebrada”, según los arquitectos- lleva a los visitantes hacia el interior del edificio, pasando primero por el salón de eventos ubicado en el sótano, para luego subir hacia los showrooms de la compañía, los que se diseñaron en el primer y segundo piso del Sunwell Muse Kitasando.

Por otro lado, las curvas de los muros de hormigón -que se inspiran en el cuerpo femenino, de acuerdo con el estudio de arquitectura- se utilizaron en las superficies en elevación del lado norte y este del edificio. Estos muros, en su interior, están revestidos con elementos de color oscuro que contrastan con la superficie exterior.

El elemento central del diseño para el proyecto

Como explican los arquitectos, estos muros curvos “se utilizaron como idea central del diseño arquitectónico del todo el proyecto y se pueden ver no sólo en la fachada, sino también, en los espacios interiores de todo el edificio”, destacaron los arquitectos.

En ese sentido, desde el estudio de arquitectura destacaron que los “elegantes muros de superficie curva se crearon conectando estos elementos con una línea recta”.

El edificio, que ocupa un área aproximada de 221 metros cuadrados y que tiene cinco pisos de altura, se completó en 2008. Ese mismo año, el estudio recibió el premio JCD Design Award por este proyecto, lo que demuestra el valor arquitectónico que este edificio tiene no sólo para Sunwell, sino también, para esta especial zona de la ciudad de Tokio.

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