Numerosas promotoras apuestan por un modelo de construcción más sostenible, en el que prima el uso de materiales renovables y la apuesta por el consumo casi nulo.

Fuente: Heraldo

Los nuevos diseños y materiales permiten viviendas más confortables y ecológicas.

Sostenibilidad, ciclo de vida, bioconstrucción, tecnologías de climatización, autogeneración de energía o arquitectura bioclimática. Estos son algunos de los términos que más se escuchan en la actualidad cuando se habla de obra nueva. Son edificios pensados para respetar el medioambiente que nos rodea y garantizar la habitabilidad, el confort y la calidad de vida de las personas que van a disfrutar de ellos, así como ahorrar en el consumo de energía.

Hace unos años, en el sector de la construcción, la cantidad primaba por encima de la calidad, ya que la demanda de viviendas superaba en ocasiones la oferta existente. Afortunadamente, hoy se ha evolucionado mucho y las nuevas construcciones apuestan por la sostenibilidad y la innovación para poder combinar la calidad, con la eficiencia energética y reducir los gastos de las facturas corrientes de una vivienda.

En algunos casos, todo esto viene reflejado en las nuevas normas y exigencias de edificabilidad y son los propios constructores los que quieren ir un paso más allá convencidos de que lo ecológico es lo mejor a corto y largo plazo.

Fue hace aproximadamente una década cuando empezaron a certificarse los primeros edificios en España. Se comenzó con oficinas y centros comerciales, pero, poco a poco, se fue avanzando hasta los bloques de viviendas particulares.

Y la certificación se hace en base a cuestiones relacionadas con la habitabilidad, el ahorro energético, la salubridad o la protección frente al ruido, entre otros temas que tanto tienen que ver con el respeto al medioambiente.

En estos años fueron surgiendo sellos y estándares que permiten certificar la sostenibilidad de los edificios. Uno de los más conocidos a nivel mundial es el BRE Environmental Assessment Method (Breeam), que fue creado por el Building Research Establishment (BRE), organismo de investigación de la construcción del Reino Unido, que permite evaluar y certificar la sostenibilidad en la edificación en diez categorías diferentes.

“En estos años han surgido estándares que certifican la sostenibilidad real de los edificios”

Todas ellas apuestan por una construcción más sostenible, que repercute en beneficios económicos, ambientales y sociales. Viviendas que, si siguen estos consejos, podrán beneficiarse, entre otras muchas cosas, de un ahorro energético que oscila entre el 50% y el 70%; un consumo de agua hasta un 40% menor y una reducción en gastos de mantenimiento de entre el 7% y el 8%, por citar solo algunas ventajas.

Por su parte, el certificado Passivhaus tiene como reto la reducción prácticamente a cero del consumo térmico. Y para ello utiliza en las nuevas construcciones todos los elementos a su alcance tanto en el espacio aislante que delimita el exterior y el interior, como en la ventilación controlada de las viviendas o unos eficaces sistemas de forjado y aislamiento para evitar escapes de aire innecesarios y que a la larga repercuten en la economía doméstica.

Impactos ambientales

impactos ambientales Finalmente, otro sello muy significativo es el conocido como Valoración de Eficiencia de Referencia De Edificios (Verde),que se adapta a la normativa europea y española y evalúa el impacto medioambiental de un edificio mediante el análisis de su ciclo de vida. O lo que es lo mismo, para que se le considere un edificio sostenible tiene que cumplir con las cinco ‘P’: personas, paz, prosperidad, planeta y pacto.

Esta certificación, durante el proceso de evaluación, tiene establecidas unas áreas de estudio (por ejemplo, la parcela y su emplazamiento, el tipo de energía y atmósfera, la calidad del ambiente interior, aspectos sociales y económicos y la calidad del servicio) para determinar los posibles impactos generados en todas las fases del ciclo de vida del edificio.

Certificados que garantizan lo que muchas personas llevan años persiguiendo hasta que logran encontrar el hogar de sus sueños: una vivienda moderna, acogedora, eficiente, sostenible y respetuosa con el planeta. 

Construcción de nuevas viviendas en un bloque de pisos de la calle del Marqués de la Cadena de la capital aragonesa, el pasado año.

Viviendas

Hogares que piensan en el planeta

En los últimos años es frecuente escuchar el término casa eficiente o pasiva, que es aquella que reduce al máximo la demanda de energía externa, aprovechando la arquitectura y el diseño. Estos son algunos consejos para lograr este tipo de viviendas. 

– Construcción. La arquitectura bioclimática se centra en levantar edificios aprovechando la energía del sol, el viento o la lluvia para disminuir el impacto ambiental de las viviendas y mejorar su eficiencia energética. Según este método, la orientación de una casa es clave, algo que ya sabían los árabes hace siglos. Si está orientada al sur y al este necesitará menor inversión energética que si está en otro punto cardinal. 

– Autoenergía. Además de disminuir el consumo, la autogeneración de energía, a través de sistemas instalados en los propios edificios de obra nueva, puede ayudar a ahorrar en la factura doméstica. En muchas nuevas construcciones, se inclinan por placas térmicas o termodinámicas que pueden aportar la energía que necesitamos para lograr un hogar sostenible.

– Climatización. Según datos estadísticos, el agua caliente, la calefacción y el aire acondicionado pueden llegar a representar hasta el 70% de la energía que se consume en una vivienda. De ahí la necesidad de apostar por sistemas inteligentes que ayuden a regular el consumo y que permanezcan activos solo cuando se necesitan.

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