Como ya ha sido observado, increíblemente una pequeñísima partícula, un virus (agente infeccioso microscópico acelular que solo consigue reproducirse dentro de las células de otros organismos, al infectarla, estos “obligan” a la célula huésped a originar copias del virus), que además se multiplica velozmente, ha logrado en unas pocas semanas limpiar bastante el planeta,  lo que no han podido una serie de instituciones u organizaciones (COP, certificaciones energéticas, GreenPeace, Fridays for Future, entre tantas otras), sumadas a otras tantas iniciativas (restricciones, aislaciones, bicicletas, autos compartidos, smart-cities, electromovilidad, y más). Ninguna es equivocada, pero si faltas de apoyo. Mientras que este virus, sin ninguna consulta ni apoyo lo está logrando.

Esto no significa que el calentamiento global y cambio climático se detengan, para un logro mayor esta situación debiera durar más de un año o más. Aquí se da cuenta lo difícil que es corregir o detener la contaminación mundial por medios parciales, esto se lo está logrando con algo mucho más contundente (quizás el miedo a morir y/o una debacle económica, estos no se lo aprecian aún  en el cambio climático), pero a su vez en este caso, nos está causando muy graves problemas, muchas repercusiones están por verse todavía.

Ahora, en principio, debería aparecer una nueva manera de proyectar: deberían de revisarse los tamaños interiores (alturas mínimas y los m2 por persona); contar obligatoriamente con acceso directo a la luz solar (la cual aparte de iluminar es sanadora); ventilación natural, etcétera”.

Javier del Río

Es de esperar que cuando se vuelva a un estado estable, que seguro será diferente a la normalidad que conocemos, se tomen precauciones para futuras pandemias (pues volverán de todos modos, de hecho han ocurrido ya varias), y mientras la ciencia busca antídotos, debieran revisarse los criterios para concebir las edificaciones.

De hecho, después de las epidemias ocurridas en la Edad Media, las viviendas se hicieron más altas, con patios de luz y aire, mayor cantidad de ventanas y calles más amplias, aparte de instalaciones de agua y alcantarillado. Ahora, en principio, debería aparecer una nueva manera de proyectar: deberían de revisarse los tamaños interiores (alturas mínimas y los m2 por persona); contar obligatoriamente con acceso directo a la luz solar (la cual aparte de iluminar es sanadora); ventilación natural (ventanas que se abran, o marcos con ventilación tipo `trickle-windows`, no contar con vidrios fijos, para reducir contagios); mejores filtros en los sistemas de aire acondicionado (más una mejor mantención de ellos, revisar criterios de recirculación, mejor serían los recuperadores de calor); materiales interiores asépticos (emplear más elementos con cobre, ninguna alfombra, no celosías interiores, nada que acumule suciedad y que todo sea fácil de limpiar); prohibir absolutamente los calefactores que no tengan escapes de gases al exterior; aplicar criterios para diseño de recintos hospitalarios (reduciendo uniones, materiales libres de toxicidades); evitar diseñar conjuntos habitacionales muy densos (los llamados guetos verticales) y muchas otras posibilidades, con lo que podría pensarse desde ahora en una ´certificación saludable´ de las construcciones. Obviamente esto encarecerá el valor, pero saludables, lo cual es barato, pues enfermarse es más caro aun.

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