Si te has preguntado alguna vez si la construcción de esos grandes edificios que ves a diario podría ser más sostenible, hoy traemos una nueva alternativa: C-Crete. Esta innovadora solución no solo apunta a ser un actor crucial en la reducción de emisiones de CO2 procedentes del sector de la construcción, sino que también se presenta como una alternativa práctica y efectiva al cemento portland tradicional.
Fuente: EcoInventos
El cemento, fundamental en nuestras construcciones, conlleva un coste ambiental notable. Producir el calor necesario para el cemento portland tradicional representa entre un 5% y un 8% de todas las emisiones de CO2 generadas por la humanidad. Aquí es donde C-Crete, desarrollado por una startup californiana del mismo nombre, se convierte en un protagonista que ofrece un método menos perjudicial para nuestro planeta.
La receta secreta de una construcción sostenible
Aunque la formulación exacta de C-Crete sigue siendo un misterio bien guardado por la empresa, fundada por el graduado del MIT Rouzbeh Savary, sabemos que incluye «una formula con materiales con patente pendiente» que se combinan con materias primas minerales y subproductos industriales. Lo crucial es que, a diferencia del cemento tradicional, C-Crete no requiere calor en su producción.
Un hormigón que absorbe CO2
Cuando C-Crete se mezcla con agua y un árido, como arena o grava, se obtiene un hormigón sin cemento. Pruebas independientes han mostrado que cumple con las especificaciones de rendimiento para cemento portland en términos de resistencia y fluidez. Pero, C-Crete va más allá: una vez curado, absorbe CO2 atmosférico, lo que no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que además fortalece el material con el tiempo.
Implementación sin cambios drásticos
Una de las virtudes de C-Crete es su aplicabilidad directa usando las mismas técnicas y proporciones que el cemento convencional. Esta característica es vital para su aceptación en un mercado habituado y, a veces, reticente a los cambios, sobre todo en un sector donde la confiabilidad es clave.
«Si un nuevo producto es complicado de usar o se comporta de manera diferente, los contratistas y trabajadores no cambiarán«, afirma Savary. De ahí que la tecnología de C-Crete haya sido diseñada para integrarse sin sobresaltos ni complicaciones adicionales en las prácticas constructivas actuales.
Futuro
Pese a que C-Crete no se produce actualmente a gran escala, se espera que la colaboración con socios comerciales impulse su producción a nuevos niveles. Ya ha demostrado su valía siendo utilizado en la restauración de un edificio histórico en Seattle, marcando así el inicio de una nueva era en el mundo de la construcción sostenible.