Las áreas repartidas en todo el país, que suman más de 3.200 hectáreas, no solo preservarán la biodiversidad, sino también traerán beneficios sociales.
Fuente: GDA
Si bien la construcción de obras grises —como las piscinas que han permitido evitar el corte masivo de agua potable en Santiago a raíz del temporal— ayudan a contener las consecuencias de eventos extremos, estas no son suficientes para adaptarse al cambio climático, asegura Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile.
“Los eventos climáticos extremos que ya estamos viviendo, y que serán cada vez más frecuentes, requieren de soluciones basadas en la naturaleza más extensas”, explica.
Estas son las llamadas infraestructuras verdes y van desde la reforestación, que permitiría disminuir la llegada de sedimentos al río Maipo, o la protección de los mismos humedales, los que actúan como esponjas que absorben el agua y que luego la liberan lentamente.
“El Gobierno ha puesto grandes esfuerzos en reducir las emisiones contaminantes, pero también es necesario que priorice las medidas de adaptación”, dice el especialista.
Esto no solo porque los efectos del cambio climático golpean con más fuerza a quienes tienen menos recursos, sino también porque cuando se trata de eventos tan extremos, como el que se está viviendo en la Región Metropolitana, estos pueden afectar a todos por igual.
Hoy, en el Día Internacional de los Humedales, Chile suma por primera vez a sus zonas de protección 33 humedales urbanos.
Una iniciativa que es resultado de una modificación a la ley que incluyó en noviembre pasado una regulación que permite la protección de estos ecosistemas cuando están parcial o totalmente en las urbes.
Repartidos en todo el territorio, son 3.253 hectáreas donde se protegerá la biodiversidad, pero también todos los beneficios que traen a la comunidad local.
Estos 33 sitios fueron seleccionados por el nivel de amenaza al ecosistema que tienen, y porque son hábitat de especies de flora y fauna en riesgo, endémicas o migratorias.Y también porque son áreas de relevancia cultural, social y turística.
“Los humedales urbanos son muy importantes porque prestan beneficios socioambientales fundamentales para las comunidades, protegiéndonos de eventos extremos, regulando el clima y siendo fuente de agua y alimento, todos elementos claves para el desarrollo local”, explica a “El Mercurio” Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente, organismo que hoy lanza oficialmente el Programa Nacional de Reconocimiento de Humedales Urbanos.
“Es destacable la rapidez de la implementación de la ley de humedales urbanos; no existe un precedente de avance tan rápido en lo que se refiere a conservación”, dice Diego Luna Quevedo, especialista en conservación de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras.
Aún así, advierte, los humedales deben ir acompañados de mecanismos de gobernanza y fiscalización efectivos para que realmente puedan cumplir su función. Pero además al estar ubicados en un contexto urbano, su manejo incluye dimensiones adicionales a las consideradas en áreas protegidas con menor presencia humana.
“En estos humedales es necesario, además de la protección oficial, el apoyo manifiesto de las comunidades. No solo deben estar conscientes de la necesidad de la conservación, sino también se necesita su involucramiento”, asegura.
Esto porque la protección otorga beneficios, pero también requiere compromisos al regular ciertas actividades. Y para lo anterior, es necesario llegar a acuerdos, agrega el especialista. Esto porque si bien se puede generar infraestructura para visitarlos, por ejemplo, cualquier actividad que se planee en ellos debe pasar por una evaluación ambiental.
La conservación y uso racional de los humedales urbanos es clave, agrega la ministra Schmidt. “Su integración como infraestructura ecológica de las ciudades es un punto fundamental para adaptarnos a los efectos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad”, dice.
Los municipios son los encargados del manejo de los humedales urbanos, como el Krahmer, en Valdivia.
Ministerio del Medio Ambiente
Chile cuenta con una superficie total aproximada de 5,6 millones de hectáreas de humedales, lo que equivale al 7,4% del territorio nacional.