Se pronostica que la producción de la construcción en América Latina crecerá un 5% en 2022, según GlobalData.

Fuente: CLA

La producción de la construcción en América Latina crecerá un 5% en 2022 y alcanzará los US$545.600 millones, frente a los US$519.400 millones de 2021, así lo aseguran los últimos pronósticos de GlobalData. De acuerdo con la especialisat en datos y análisis, la sólida recuperación de la producción en 2021 colocó a la región en una muy buena posición para 2022.

Los países latinoamericanos han experimentado niveles de producción variables con Brasil, la economía más grande de América Latina, superando los niveles de producción previos a la pandemia en 2021, junto con Argentina y Perú. Sin embargo, el desempeño de México ha sido lento, ya que el país lucha por recuperar la producción perdida en 2020 y solo se espera que alcance los niveles previos a la pandemia para 2025. De hecho, según el informe ‘Tamaño del mercado de la construcción, tendencias y pronósticos de crecimiento por regiones y países clave, 2022-2026’, el crecimiento del 5% de América Latina es inferior al aumento del 12,8% de 2021, mientras la región luchaba durante la pandemia. 

Cómo se desempeñará la construcción latinoamericana en 2022

“Después de una fuerte caída en la producción, un efecto base bajo combinado con un estímulo fiscal y una política monetaria acomodaticia impulsaron una fuerte recuperación en la producción de la construcción durante 2021. La respuesta fiscal a la pandemia separó en gran medida a los países en el región, ya que las obras públicas absorbieron gran parte de las pérdidas del sector privado. En Brasil, una respuesta fiscal a gran escala impulsó gran parte de la recuperación de la producción. En México, por otro lado, el gobierno buscó controlar el déficit, lo que llevó a una respuesta fiscal moderada y, en consecuencia, a una lenta recuperación de la producción”, señaló Jack Riddleston, economista de GlobalData.

El aumento global de los precios de las materias primas y las fragilidades de la cadena de suministro han llevado a una inflación galopante. La inflación ha llegado a cifras de dos dígitos en las principales economías de la región, como Brasil y Argentina, este último superó el 50% el año pasado. Los costos de los materiales de construcción, como el acero, la madera y el hormigón, han pesado en la cadena de valor provocando retrasos y aumentos de costos.

Como nota positiva, los precios más altos de las materias primas han beneficiado a gran parte de América Latina. El aumento vertiginoso de los precios del cobre, el litio y otros metales básicos ha dado lugar a mayores ingresos por exportaciones e ingresos fiscales, lo que es un buen augurio para un clima de inversión más positivo.

Se adoptó gradualmente un endurecimiento monetario agresivo en la segunda mitad de 2021 en respuesta a la creciente presión de los precios en la región, elevando las tasas de interés por encima de los niveles previos a la pandemia en muchos casos. El aumento de la carga de la deuda pública por el cambio de política probablemente conducirá a un ajuste del gasto público. El sector residencial parece sufrir más por el aumento de las tasas de interés, ya que las tasas de aceptación de hipotecas disminuyen, los ingresos reales caen y la demanda de vivienda se verá afectada por el retiro del estímulo fiscal.

“El crecimiento continuo de las obras públicas y la inversión acelerada en la energía y la construcción de la industria primaria impulsarán el crecimiento hasta 2022. Sin embargo, el entorno macroeconómico vacilante, el endurecimiento monetario y la retirada del estímulo fiscal ejercerán una presión a la baja sobre el crecimiento de la producción de la construcción”, concluye Riddleston.

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