El trabajo colaborativo con las comunidades de Alto Hospicio, en particular con la Junta de Vecinos El Despertar del Boro, ha sido uno de los sellos del proyecto de investigación Desierto Vivo, cuyo objetivo es otorgar una solución hídrica que sea factible de implementar para los territorios de la Región de Tarapacá. Para avanzar en este propósito, unos 70 kilómetros al sur de Iquique se encuentra la Estación Atacama UC Alto Patache, donde un equipo multidisciplinario de investigadores comprueba que el agua de niebla es una solución óptima para abordar la permanente carencia de agua.

Fuente: País circular

“Nosotros vivimos en una zona de desierto, entonces el agua es totalmente escasa, sobre todo en este tiempo de verano. A veces tenemos agua día por medio, otras veces estamos dos días sin agua. Es muy poco lo que tenemos de verde acá, porque no hay agua para hacer crecer una plantita”, cuenta Isabel Novoa Macaya, residente de Alto Hospicio y presidenta de la Junta de Vecinos El Despertar del Boro.

La escasez de agua que ha afectado al país durante las últimas décadas es mucho más intensa en regiones como la de Tarapacá, donde las precipitaciones anuales alcanzan apenas 0,2 milímetros en promedio. Abastecer de agua a comunidades como la de Isabel es complejo: desaladoras, camiones aljibe o la construcción de acueductos son soluciones que pueden resultar costosas o muy poco efectivas.

En este escenario es que la esperanza ha resurgido en la zona gracias a años de investigación y trabajo realizados por diferentes profesionales que buscan en la niebla una fuente permanente del vital elemento.

Foto: gentileza Nicole Saffie

Oasis de niebla

A unos 70 kms. de Iquique hacia el sur se encuentra la Estación Atacama UC Alto Patache, un conjunto de domos ubicados en el farellón costero del Norte Grande. Allí se realiza investigación en ciencia y tecnología en áreas como energía, agua, biodiversidad, diseño, arquitectura, paisaje y paleoambiente.

La ubicación no es antojadiza, ya que gracias a la altura del farellón, de aproximadamente 700 metros sobre el nivel del mar, en ese lugar es posible encontrar un oasis de niebla. Esta neblina es el resultado del efecto del océano, los vientos y la altitud que se conjugan.

Pablo Osses McIntyre es director de la Estación Atacama UC y también de “Desierto Vivo, Espacio Público del Agua de Niebla”, el único proyecto de la Región de Tarapacá que se adjudicó fondos del Concurso Nacional de Ciencia Pública para el Desarrollo de Espacios Públicos Regionales de Divulgación y Socialización del Conocimiento, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, en su llamado 2022.

“Gracias a este fondo pudimos construir un centro de visitantes, el Centro Interpretativo Desertario, un espacio público regional donde las personas pueden conocer el recurso hídrico de la niebla. Hemos trabajado con la Junta de Vecinos El Despertar del Boro de Alto Hospicio y con el Parque Urbano Santa Rosa, además con escuelas vinculadas al Programa Explora. El objetivo es difundir que este recurso existe y cómo se puede aprovechar”, relata el investigador.

Atrapando la niebla

Considerando que existe este recurso hídrico, en una zona de mucha escasez hídrica, la pregunta obvia es cómo aprovecharlo. Gracias a la investigación que realizan hace más de dos décadas en el sector, el director de Desierto Vivo explica que han implementado unas estructuras llamadas atrapanieblas.

“Tenemos dos sistemas de atrapanieblas industriales que abastecen todos los usos de la Estación Atacama, tanto doméstico como experimental. Es un artefacto con una malla permeable que permite capturar las gotas de agua que tiene la niebla, y que gracias a la gravedad empiezan a escurrir hasta una canaleta que recolecta el agua en un estanque, desde donde se distribuye el agua”, indica.

De hecho, el agua obtenida de los atrapanieblas es utilizada para las diferentes investigaciones que se desarrollan en la estación. Uno de los últimos logros ha sido la cosecha de cultivo hidropónico de lechugas y frutillas.

El también académico del Instituto de Geografía se desempeña como investigador del Núcleo Milenio para el Desarrollo Integral de los Territorios (CEDIT), motivo por el que destaca la importancia de trabajar con comunidades que históricamente se han visto postergadas.

“La idea con estas investigaciones y con los atrapanieblas es transferir la capacidad de observación y hacer un poco de ciencia con las comunidades. En la medida que se validen en sus lugares, nosotros vamos acompañando el proceso donde la niebla se transforme en un recurso hídrico más, y los organismos públicos y las sanitarias lo empiecen a considerar”, detalla Osses.

De acuerdo al investigador, el precio de implementar un atrapanieblas es mucho más competitivo frente al desarrollo de proyectos como desaladoras, acueductos o camiones aljibes. “Contra ese mercado, el atrapanieblas es súper competitivo y confiable”, asegura, y agrega que uno de estos artefactos puede llegar a producir entre 200 y 300 litros diarios de agua.

Trabajo con comunidades

Una de las pocas mujeres que ha construido atrapanieblas en el mundo es Virginia Carter Gamberini, doctora en Geografía, investigadora postdoctoral del Centro UC Desierto de Atacama y profesora adjunta del Instituto de Geografía de la UC. Si bien destaca que la infraestructura no es difícil de construir, sí requiere de mucha mano de obra. Por eso hace hincapié en la necesidad de trabajar estos proyectos en conjunto con las comunidades beneficiadas.

“Ese ha sido el sello clave de Desierto Vivo: trabajar con la comunidad. Ha sido un trabajo bien extenso con comunidades de Alto Hospicio, en particular con la Junta de Vecinos El Despertar del Boro. Con ellos trabajamos los contenidos que mostramos en los paneles que conforman el interior del Centro Interpretativo Desertario, porque queríamos plasmar lo que la comunidad no científica quería ver o aprender acerca de esta investigación”, relata.

La investigadora agrega que la niebla siempre ha estado en el imaginario de la población nortina, pero ahora entienden cuán importante es este fenómeno y por qué tantas personas ajenas a la región están interesadas en estudiarla.

Además, indica que gracias a este contacto directo con las comunidades le llamó mucho la atención el interés de las personas en conocer aspectos específicos de la niebla, como qué tipos de niebla existen o cómo se forman las nubes. “Esto sacude los paradigmas de los científicos, de pensar que a la comunidad en general no le interesa saber teoría, y no es así. Todo ese interés quedó plasmado en algunos paneles en el Centro Interpretativo”, añade.

Foto: gentileza Nicole Saffie

Consolidando el futuro

En un futuro cercano, los investigadores asociados al proyecto esperan que la transferencia de conocimiento que están realizando también se pueda ver consolidada en la instalación de atrapanieblas para las diferentes comunidades del norte.

La presidenta de la Junta de Vecinos El Despertar del Boro reconoce que existe interés y trabajo en colaboración con autoridades regionales, sin embargo, destaca que para que estos proyectos puedan lograrse es necesario que el Gobierno central se pronuncie.

“Nuestras autoridades pueden tener muchas buenas intenciones, pero mientras esto no empiece a moverse desde Santiago, ellas no pueden hacer nada. Nosotros tenemos cercanía con la Municipalidad y la Gobernación, pero sabemos que los recursos que llegan acá son muy acotados y un proyecto de esta magnitud tiene que partir de Santiago”, indica Isabel Novoa.

Por otra parte, Pablo Osses recalca la importancia de que las autoridades vean el valor de la educación y que den facilidades para que más personas y estudiantes puedan llegar hasta la Estación Atacama. “Eso significa buses, así de simple. Después vienen las etapas donde podamos montar un pilotaje productivo, porque ahora estamos en la parte potencial, en la ciencia, pero de ahí hay que pasar a otras magnitudes”, detalla.

En el caso de Virginia Carter, una de las líneas que le interesa comenzar a desarrollar en el proyecto tiene que ver con “la transferencia del conocimiento técnico para construir atrapanieblas. Ese fue el segundo sello de Desierto Vivo, construcción de contenidos, pero también sociabilización de estas técnicas”, concluye.

La Estación Atacama UC forma parte de la Ruta Patrimonial Oasis de Niebla Alto Patache, del Ministerio de Bienes Nacionales, y es un Bien Nacional Protegido (BNP), lo que busca garantizar la conservación de ecosistemas. La ruta está compuesta por 9 paradas, en un recorrido que se extiende por 5,5 kms. y que se realiza en unas 3 a 4 horas de caminata.

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