Emplazado en la ciudad mexicana de Tulum, en la Península del Yucatán, las oficinas del estudio de arquitectura Roth Architecture funcionan también como un espacio de creatividad donde los arquitectos pueden dar vida a sus proyectos, en un ambiente diseñado con formas orgánicas y curvas fabricadas con hormigón armado.
Fuente: Hormigón al Día
La arquitectura que plantea el estudio mexicano Roth Architecture se basa en formas fluidas, inspiradas principalmente en el ambiente que les rodea, como se evidencia en el proyecto denominado “Esculturas Habitables”, una villa de lujo ubicada en la costa mexicana de la Península del Yucatán desarrollada en conjunto con la firma AZULIK, que busca “colocar a la naturaleza como la protagonista y al usuario como prioridad”.
Siguiendo esa línea de trabajo, el estudio -liderado por arquitecto Eduardo Neira- presentó un “laboratorio creativo” que se ubica en la localidad de Tulum, sitio estratégico para Roth Architecture. El espacio, que desde el estudio denominaron como el “Fab Lab”, alberga a las oficinas y los talleres de la firma de arquitectura.
Desde Roth Architects, comentaron al portal Dezeen que “nuestras creaciones se inspiran tanto en las formas que existen en la naturaleza como en nuestras propias ambiciones artísticas. Para el caso de este edificio, como muchos de nuestros otros proyectos, su inspiración proviene de las formas orgánicas, irregulares, pero armónicas, que encontramos en la naturaleza misma”.
Recreando elementos de la selva
El “Fab Lab” de Roth Architecture destaca de inmediato por, precisamente las formas a las que se refieren desde el estudio: en vez de ser un edificio de líneas y ángulos tradicionales, se trata de un complejo de varias edificaciones, con figuras curvas y orgánicas.
¿Por qué ejecutar varias construcciones en vez de un único edificio? Desde el estudio, explicaron que “los espacios se distribuyeron en edificaciones independientes para adaptar el proyecto al sitio. El módulo central se alza en una forma serpenteante, entregando un impacto visual de dinamismo para todo el complejo”.
Las formas que posee el “Fab Lab” -espacio en el que se “añade el valor de la tecnología a nuestro enfoque artesano, conduciendo nuestras exploraciones hacia la sostenibilidad y la innovación”, dicen desde Roth Architects- también definieron elementos como las ventanas y puertas, que tomaron formas como hojas o alas de insectos que se pueden encontrar en la jungla.
Estructuras orgánicas y curvas de hormigón
Roth Architects informó que, para construir las estructuras de las edificaciones del complejo, se utilizó hormigón armado y acero, además de fibras vegetales (en este caso, de palmas locales). Asimismo, desde el estudio destacaron que se extendió todo el complejo en el sitio de la obra para aprovechar las formas curvas y orgánicas del proyecto.
En ese sentido, también se aprovechó de que el “Fab Lab” se convirtiese en parte del paisaje, por lo que algunas edificaciones “envolvieron” directamente a algunos árboles, dejando sus troncos expuestos en el interior de esos módulos.
Las llamativas puertas y ventanas de los distintos edificios del complejo se reforzaron con elementos metálicos en forma de escamas, las que se colocaron a distintas alturas e intervalos, con algunas tocando el suelo de forma directa y otras, utilizándose como tragaluces. Asimismo, se fabricaron una suerte de “aletas” curvas de hormigón que se extienden a lo largo para crear pequeños voladizos y protecciones para los componentes de vidrio.
El “Fab Lab” alberga equipos de impresión 3D, máquinas termoformadoras, cortadoras láser y otra serie de elementos, utilizados para plasmar los distintos proyectos del estudio. “Este espacio se creó deliberadamente para que sea duradero”, destacaron desde Roth Architects. “Lo que es algo paradójico, ya que una de las funciones del laboratorio es crear elementos que se puedan armar y desarmar”.