La historia de la ingeniería y la arquitectura ha estado ligada desde siempre a los avances técnicos y al descubrimiento, desarrollo e implementación de nuevos materiales.
Fuente: Structuralia
Cada cultura y cada sociedad han expresado su identidad a través de grandes obras que además de reflejar una ideología, un símbolo de poder político o económico, y una organización social, han estado estrechamente relacionadas con los materiales disponibles y las posibilidades técnicas que ofrecían. Ni las catedrales se hubieran erigido sin el conocimiento asociado al uso de la piedra, ni los grandes puentes o los rascacielos podrían haber existido sin las posibilidades estructurales del acero.
En la actualidad se están desarrollando algunos materiales muy novedosos. El hormigón autorreparable, por ejemplo, está siendo probado en los Países Bajos y podría comercializarse en el próximo año. Se trata de un hormigón al que se incorporan esporas bacterianas que reparan las grietas cuando el agua se filtra por ellas. También se están agregando nanotubos de carbono al hormigón, creando un material tan resistente a la tracción y compresión que no requiere armaduras de acero, acelerando y simplificando los procesos constructivos.
La nanotecnología también está mejorando la eficiencia de los paneles solares permitiendo incorporar células en diferentes superficies. Se está consiguiendo fabricar células a bajo coste, lo que permitiría extender el uso de energía solar. La innovación en aislaciones también podría mejorar la eficiencia energética de los edificios, como el uso de aerogel, un material súper ligero utilizado inicialmente por la NASA para los vehículos espaciales.
Otras tecnologías que se encuentran en desarrollo incluyen materiales transpirables, como la hidrocerámica, que retienen humedad y solo la ceden al ambiente cuando se elevan las temperaturas, favoreciendo el enfriamiento del aire por evaporación; materiales cuyas superficies repelen la suciedad, el hielo e incluso los gérmenes; y materiales biomiméticos, que emulan la resistencia, flexibilidad y ligereza de los hilos de seda. Se han llegado a utilizar los propios gusanos para generar superficies, como en el caso del Pabellón de Seda del MIT Media Lab.
Gracias a la experimentación y el desarrollo nos encontramos a las puertas de una nueva era en que la ingeniería y la arquitectura se verán influidas, modeladas y beneficiadas por las posibilidades técnicas de materiales innovadores que definirán formas, funciones, tipologías y estéticas nuevas.