La creciente temperatura del subsuelo urbano puede estar amenazando la estabilidad de los edificios en las ciudades, afirma un reciente estudio que describe este fenómeno como un “peligro silencioso”.

Fuente: EcoInventos

Las edificaciones en las ciudades, construidas con materiales como hormigón y acero, dirigen el calor del sol hacia sus cimientos, propagándolo en el suelo sobre el que se asientan. A esta realidad se le suma la calefacción subterránea producida por infraestructuras como aparcamientos y sistemas de transporte subterráneo. Como resultado, las temperaturas bajo las ciudades pueden superar considerablemente las registradas en la superficie.

La tierra se deforma y los edificios no están preparados

En un estudio realizado por investigadores de la Universidad Northwestern, se descubrió que en la zona del Loop de Chicago, repleta de rascacielos y otros edificios, la temperatura subterránea era 10 grados superior a la de un parque cercano. Asimismo, el aire en las estructuras subterráneas podía llegar a ser hasta 25 grados más cálido que en terrenos no urbanizados. Estos datos se obtuvieron después de monitorear 150 sensores de temperatura inalámbricos en Chicago durante tres años y aplicar modelado computacional para interpretar los resultados.

Si pensamos en sótanos, garajes, túneles y trenes, todas estas infraestructuras emiten calor de manera continua.

Alessandro Rotta Loria, director del estudio.

El Cambio Climático Subterráneo: Un Peligro Latente

El fenómeno de acumulación de calor bajo las ciudades se conoce como cambio climático subterráneo, y sus efectos pueden ser muy graves.

Diversos suelos reaccionan de manera diferente a este calor, provocando movimientos y deformaciones del terreno a distintas velocidades. Según el estudio de la Universidad Northwestern, el cambio climático subterráneo puede hacer que el suelo se eleve hasta 12 mm en algunas zonas, mientras que en otras puede hundirse hasta 8 mm bajo el peso de edificios pesados.

Aumentos de temperatura en el subsuelo pueden hacer que muchos cimientos en el centro de la ciudad sufran un asentamiento no deseado, lentamente pero de manera continua.

Rotta Loria.

El experto advierte que aunque este movimiento de la tierra en las zonas urbanas no desatará una catástrofe inmediata, es un «peligro silencioso» que, con el tiempo, puede fisurar los cimientos y someter a los edificios a tensiones para las que no están preparados.

La necesidad de nuevas soluciones

Para contrarrestar la amenaza que supone el cambio climático subterráneo en las áreas urbanas, los investigadores sugieren emplear el calor subterráneo para calentar los edificios de la superficie mediante técnicas de calefacción geotérmica actuales. Además, recomiendan que los nuevos edificios se diseñen con aislamiento térmico adecuado para evitar la propagación de más calor al entorno subterráneo.

No queremos usar tecnologías que enfríen activamente las estructuras subterráneas, ya que esto consume energía. Actualmente, hay una gran cantidad de soluciones que se pueden implementar.

Rotta Loria.

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