Machu Picchu ha soportado durante siglos fuertes terremotos. Algo que se debe, en parte, a una técnica de albañilería que utilizaban los incas y consistía en cortar las piedras y encajarlas sin mortero. Así se levantó uno de los lugares arqueológicos más fascinantes del planeta.

Fuente: Sacyr

La “ciudad perdida de los Incas”. Así es como se ha conocido durante décadas a Machu Picchu, un tesoro arqueológico ubicado en la Cordillera Oriental del sur de Perú. La región alta de los Andes peruanos donde se encuentra la antigua ciudadela inca alberga más de 60 monumentos arqueológicos comunicados con una compleja red de caminos de unos 300 kilómetros. Analizamos la construcción de una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Machu picchu
Foto de Miguel Junco en Unsplash

¿Una propiedad real, una prisión o un santuario de mujeres?

En Machu Picchu, hay baños, casas, templos y santuarios, además de más de 3.000 escalones de piedra. La principal hipótesis es que fue una propiedad real o un lugar religioso sagrado para los líderes incas. Pero hay historiadores que han sugerido otros posibles usos: desde una prisión hasta un centro comercial, una estación para probar nuevos cultivos o una ciudad dedicada a la coronación de reyes. En 1912 se excavaron varias decenas de esqueletos y, como en un principio la mayoría correspondían a mujeres, se sugirió que Machu Picchu era un santuario para las Vírgenes del Sol —un grupo élite de mujeres incas que vivían en templos conventos bajo voto de castidad—.

La construcción tuvo lugar alrededor del año 1450 después de Cristo. Como indica la Universidad Estatal de Boise, cientos de hombres empujaron las pesadas rocas de granito por la empinada ladera de la montañaLa técnica utilizada para levantar las estructuras se llama sillar y consiste en cortar las piedras para que encajen sin mortero, lo que protege a las estructuras frente a los terremotos.

La Asociación de Investigación Espacial de las Universidades (USRA) explica que “ni siquiera se puede insertar una tarjeta de crédito en estas grietas sin mortero”. “Los muros de piedra se mueven (bailan) durante un terremoto y después vuelven a colocarse como estaban antes del suceso”, señala. Las paredes de Machu Picchu están construidas en terrazas que también ayudan a disipar la energía de los terremotos, además de prevenir la erosión y el deslizamiento de tierra.

Los incas construyeron las estructuras con piedras que encajaban sin mortero. Crédito: National Geographic.

El verdadero nombre de Machu Picchu

La civilización inca fue prácticamente aniquilada por los invasores españoles en el siglo XVI, según el canal HistoriaDurante siglos, sólo los campesinos que vivían en la región sabían de la existencia de Machu Picchu. Hasta que el arqueólogo estadounidense Hiram Bingham topó con esta maravilla en 1911. Un granjero local le habló de unas ruinas ubicadas en la cima de una montaña cercana, a la que llamó Machu Picchu. Tras visitarla, Bingham contó su descubrimiento en un libro titulado La ciudad perdida de los incas.

Si durante décadas estas ruinas han recibido el nombre de Machu Picchu (o “montaña vieja” en quechua), el apodo original fue Huayna Picchu (o “montaña nueva”)Así lo concluye una investigación publicada en 2021 en Ñawpa Pacha, Revista de Arqueología Andina tras examinar documentos que datan del siglo XVI. “Los resultados sugieren uniformemente que la ciudad inca originalmente se llamaba Picchu, o más probablemente Huayna Picchu”, afirman los autores.

Natalia Sobrevilla Perea, profesora de Historia Latinoamericana en la Universidad de Kent, explica que el nombre Machu Picchu está tan arraigado en el público y es una parte tan importante de la identidad del Perú que es poco probable que sea reemplazado. Considera que, “en cierto modo, no hay tanta diferencia”. “Ambos son nombres indígenas. No es que hubiera un cambio a un nombre español de un nombre indígena”, cuenta a The New York Times.

La ciudadela se encuentra en la cima de una montaña. Crédito: Gobierno de Perú.

“El legado más importante de la civilización inca a la humanidad”

Con una extensión de 37.302 hectáreas y considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el Santuario Histórico de Machu Picchu es en la actualidad uno de los lugares con mayor biodiversidad del Perú. Así lo afirma el gobierno del país: “En él se encuentran 24 ecosistemas entre andinos y amazónicos, desde los bosques húmedos montanos a 1.900 metros sobre el nivel del mar hasta los picos nivales a más de 6.000 metros sobre el nivel del mar”. En esta geografía “sumamente accidentada”, habitan 75 especies de mamíferos, 444 de aves, 14 de anfibios, 24 de reptiles y 377 de mariposas, además de 423 especies de orquídeas y 332 de árboles.

Pero si por algo destaca este tesoro arqueológico que permaneció oculto en la selva durante siglos, es por lo bien conservado que está y por ser un símbolo de la cultura inca y del patrimonio cultural de Perú. De hecho, es la atracción más visitada del país. Millones de turistas vislumbran cada año lo que el gobierno de Perú considera “el legado más importante de la civilización inca a la humanidad”.

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