La pandemia de Covid-19 y el regreso a las calles ha resaltado la importancia de mejorar las condiciones de movilidad de la población. Éstas son las propuestas de los especialistas para las urbes mexicanas, particularmente la capital del país.
Fuente: Forbes
Un enemigo silencioso habita las ciudades del mundo. La contaminación y su contribución a la emergencia climática se agrava en las grandes urbes, como la Ciudad de México, y la única forma de atacar esta problemática se encuentra en mejorar la movilidad y en pensar cómo deben ser las ciudades del futuro.
En la capital del país, la contaminación del aire cobró la vida de 11,000 personas durante la primera mitad de 2020, posicionando a esta metrópoli como la quinta más contaminada del planeta, con un costo para la economía de 5,500 millones de dólares (mdd), de acuerdo con estimaciones hechas por Greenpeace.
La pandemia de Covid-19 ha mostrado la importancia de atender a los enemigos invisibles de la humanidad, como los virus o la contaminación del aire.
El despertar de nuevas políticas de movilidad tras el confinamiento es la próxima tarea que deberán abordar los gobiernos y darle viabilidad a los proyectos de las próximas ciudades del futuro.
Sin embargo, el reto no es sencillo para las autoridades y la sociedad, ya que atender las necesidades de movilidad también representa una batalla contra la desigualdad económica de la población.
En la Ciudad de México, 30.6% de sus habitantes viven en situación de pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), lo que se traduce en un acceso deficiente en la calidad y espacios de vivienda, alimentación, acceso educativo, social y movilidad.
Las respuestas a las emergencias medioambientales son diversas y residen en impulsar inversiones en movilidad, el uso de nuevas tecnologías y aprovechamiento de los datos, además de una urbanización más incluyente.
Históricamente, la mala planificación urbana en la Ciudad de México provocó el crecimiento desenfrenado de la mancha urbana en el Estado de México y hacia los lados, lo cual impide impulsar áreas compactas y verticales que atenderían el crecimiento poblacional.
Es necesario distribuir los centros de trabajo y educación en diferentes zonas de la Ciudad de México y no enfocarse sólo en áreas como Polanco, Santa Fe y la colonia Cuauhtémoc, para no crear un “conflicto de movilidad”, evitar las horas pico y garantizar los servicios públicos cercanos a las viviendas.
Hoy, más que nunca, en el contexto de la pandemia del coronavirus SARS-Cov-2, son necesarias las inversiones en el transporte público para que sea más limpio, espacioso y sustentable.
Sin embargo, para lograrlo será indispensable establecer subsidios a fin de que los usuarios puedan pagar el servicio de un transporte de calidad, advierte Enrique de la Madrid.
La aplicación de la tecnología en áreas clave, como la instalación de sensores en los autobuses y contenedores de basura para conocer su capacidad, así como la adopción de alternativas de transporte no motorizadas, generan un cambio real en la movilidad y el medio ambiente.
Dentro de las piezas clave para mejorar la movilidad en las metrópolis, y muy señaladamente en la gigantesca Ciudad de México, reitera la importancia de liberar carriles para hacerlos exclusivos para la bicicleta, dándole prioridad a este tipo de transporte y enfocarse en la electromovilidad de los sistemas de transporte masivo.
Asimismo, la especialista resalta que, en el caso de la capital del país, debe generarse una cooperativa de transportistas para integrar el mismo esquema, para que las rutas y las paradas estén ordenadas, además de que se debe invertir más en el Sistema de Transporte Colectivo Metro y en el Metrobús.
Desde hace más de 13 años, Barcelona se ha coronado como una smart city o ciudad inteligente en Europa, integrando tecnología, innovación y políticas públicas, para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, a nivel de movilidad, espacio público, seguridad, mantenimiento de las calles, planificación urbana y sostenibilidad.
La experta en Tecnologías de la Información y Comunicación destaca que, para impulsar las smart cities en México y América Latina, es necesario adoptar la movilidad intermodal, la cual integra el uso de diferentes transportes para garantizar una movilidad segura para las mujeres, eficiencia y practicidad y que se apegue a la tecnología y las innovaciones.
La movilidad intermodal utiliza la tecnología para que el usuario conozca todos los sistemas de transporte existentes y sus horarios en tiempo real, a fin de combinarlos y tomar la decisión sobre qué trayectos realizará. El sistema integra metro, red de autobuses y servicios de bicicleta, por mencionar algunos.
Actualmente, la capital catalana impulsa las “súper islas”, concepto que considera que, por cada seis calles de viviendas o determinada cantidad de manzanas, se recuperan las calles y se evita que circulen los autos por ellas, para que sean usadas por la ciudadanía como espacios de recreación.
Una ciudad inteligente apela por la sostenibilidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por las Naciones Unidos. Ante esto, Barcelona impulsa una cultura de reciclaje para separar de forma detallada los residuos y, posteriormente, estructurar su tratamiento, eliminando los vertederos, que representan un foco de infección y contaminación.
Cuando la pandemia de Covid-19 se considere superada, se espera la realización de cambios estructurales en la movilidad de las urbes. Como la Ciudad de México es una metrópolis con más de 21 millones de habitantes, de los cuales, cerca de 4.6 millones son pasajeros que se movilizan en Metro día con día, el cambio es absolutamente necesario.
El establecimiento de políticas públicas será crucial para garantizar un nuevo orden tras el confinamiento.