CDT Los robots humanoides construidos en torno a cerebros de IA de última generación prometen un cambio impactante y perturbador en los mercados laborales y en la economía mundial en general, así como una rentabilidad casi ilimitada para los inversores que los hagan funcionar a gran escala. El sector está recibiendo grandes cantidades de dinero.
Fuente: NewAtlas
La sorprendente aparición de ChatGPT lo ha dejado claro: las IA avanzan a un ritmo vertiginoso y acelerado, y están empezando a transformar las industrias basadas en trabajos de oficina que normalmente requieren inteligencia humana. En los próximos años empezarán a ocupar parte de los puestos de trabajo de cuello blanco, lo que provocará inicialmente un enorme aumento de la productividad y, en última instancia, según muchos, un enorme aumento del desempleo.
Si acabas de salir de la escuela y quieres ser útil, un trabajo de cuello azul que implique trabajo físico real puede ser una mejor apuesta que cualquier cosa que te ponga detrás de un escritorio.
Pero, por otro lado, parece que un robot humanoide de uso general podría estar más cerca de lo que se piensa, dotado de capacidades de aprendizaje a la velocidad de la luz y basadas en enjambres, junto con capacidades de comunicación GPT-versión-X, todo el conocimiento de Internet y los atributos físicos necesarios para un trabajo determinado.
Estos humanoides empezarán como aprendices tontos en el lugar de trabajo, con cero sentido común, pero aprenderán a un ritmo aterrador, si los últimos meses en IA han sido algún tipo de indicación. Estarán disponibles 24 horas al día, 7 días a la semana, si las fuentes de energía lo permiten, ampliando gradualmente sus capacidades y superando sus limitaciones hasta que empiecen a desplazar a los humanos. Podrían reducir drásticamente el coste de la mano de obra, lo que daría lugar a enormes aumentos de productividad y a una convulsión fundamental del mercado de trabajo manual a un tamaño y escala limitados principalmente por la fabricación, los materiales y los tipos de trabajos que son capaces de asumir.
El humanoide más conocido hasta la fecha es Atlas, de Boston Dynamics. Atlas ha mostrado un progreso impresionante en los últimos 10 años. Pero Atlas es una plataforma de investigación, y el fundador de Boston Dynamics, Marc Raibert, ha dejado claro que la empresa no tiene prisa por llevar los humanoides al mercado de masas.
“Tenemos que eliminar la presión de hacer las cosas más fiables, más fabricables y más baratas a corto plazo”, declaró a IEE Spectrum el año pasado. “Son cosas importantes, pero impiden probar cosas nuevas. La propuesta que hice a Hyundai lo dice explícitamente, y propone una financiación lo suficientemente amplia como para que no nos distraigamos a corto plazo”.
Hanson Robotics e Engineered Arts, entre otros, se han centrado en la interacción humano-robot, concentrándose en fabricar humanoides como Sophia y Ameca, con rostros realistas y expresivos. Ameca, en concreto, se comunica mediante el modelo de lenguaje GPT.
Otros están absolutamente centrados en conseguir que estas cosas se utilicen en masa lo antes posible. Elon Musk anunció la entrada de Tesla en la robótica humanoide en 2021, y la empresa parece haber hecho progresos bastante decentes en los prototipos Optimus para su Tesla Bot en los meses intermedios.
“Es probablemente la parte menos comprendida o apreciada de lo que estamos haciendo en Tesla”, dijo a los inversores el mes pasado. “Pero probablemente valdrá bastante más que la parte de los coches a largo plazo”.
Este mismo año, el empresario Brett Adcock, fundador del “mercado de talentos en línea” Vettery y, más recientemente, de Archer Aviation, uno de los principales contendientes en el emergente movimiento de los aviones eléctricos VTOL, anunció que su última aventura se centra en los robots humanoides.
La primera fase de un “plan maestro” similar al de Musk para la nueva empresa, Figure, pretende primero “construir un humanoide electromecánico completo”, luego “realizar maipulaciones similares a las humanas” y después “integrar humanoides en la mano de obra”.
Figure aspira a crear “el primer robot humanoide de propósito general comercialmente viable del mundo”, en esta fase denominado Figure 01. Según la empresa, medirá 168 cm y pesará 60 kg. Podrá levantar una “carga útil” de 20 kg, caminar a velocidades de hasta 4,3 km/h y funcionar hasta cinco horas con una sola carga.
Como humanoide bípedo, podrá subir escaleras, caminar y, en general, desenvolverse en la mayoría de los entornos en los que se desenvuelven los humanos, al menos en algún momento. Con unas manos y una mecánica corporal similares a las humanas, debería poder utilizar las herramientas que utilizamos nosotros y realizar una gran variedad de nuestros trabajos.
Adcock está abordando este proyecto con la rapidez y agresividad que le caracterizan. Cuando Archer se puso en marcha, contrató a un montón de talentos procedentes de otras empresas líderes en eVTOL y progresó muy rápidamente, tanto desde el punto de vista técnico como en términos de recaudación de fondos. De hecho, según el AAM Reality Index, Archer es ahora la tercera empresa de eVTOL mejor financiada del mundo, y parece probable que tenga aviones en servicio en 2025, más o menos al mismo tiempo que Joby Aviation. Joby se fundó en 2009 y Archer salió de la clandestinidad en 2020.
Figure parece estar adoptando el mismo enfoque; según una entrevista con IEEE Spectrum, la empresa contaba con más de 40 ingenieros a principios de marzo, con talentos clave del Florida Institute for Human and Machine Cognition, Boston Dynamics, Tesla, Waymo y Google X, entre otros. Así que, aunque la empresa no parece tener nada realmente construido todavía, es una empresa seria que avanza a toda velocidad.
“Nos enfrentamos a un alto riesgo y a unas posibilidades de éxito extremadamente bajas”, se lee en la página web de Figure. “Sin embargo, si tenemos éxito, tenemos el potencial de impactar positivamente en la humanidad y de construir la mayor empresa del planeta”.
Mientras tanto, OpenAI ha señalado que también está volviendo a interesarse por los humanoides. OpenAI quiere crear una “inteligencia general artificial” o AGI, una máquina que pueda hacer casi todas las tareas mejor que un humano. Mediante el modelo de lenguaje GPT, la empresa espera eliminar muchas cosas de esa lista en un futuro a corto plazo, pero necesitará meter su inteligencia en un cuerpo para encargarse del resto.
OpenAI tuvo su propia división de robótica durante muchos años, y de hecho construyó una mano humanoide capaz de manipulación y detección finas que utilizaba redes neuronales y aprendizaje por refuerzo para averiguar cómo resolver un cubo de Rubik, con una sola mano.
Pero la empresa cerró su equipo de robótica en 2021 y declaró a VentureBeat que estaba centrando sus esfuerzos en el área en la que progresaba más rápidamente: la IA generativa y los grandes modelos lingüísticos como GPT. La diferencia clave, según el cofundador Wojciech Zaremba, son los datos y la potencia de cálculo. Los robots dotados de IA demostraron ser capaces de aprender tareas físicas “extraordinariamente bien”, pero hay muchos más datos de texto para entrenar que datos de vídeo relevantes para el robot, y el texto es mucho más rápido de procesar para un modelo neuronal.
Así que centraron sus esfuerzos en el texto, y los resultados son difíciles de rebatir: OpenAI cuenta ahora con la plataforma de crecimiento más rápido de la historia, un avance revolucionario de primer orden en el modelo lingüístico GPT.
Pero a través de una inversión en la empresa noruega 1X, antes conocida como Halodi Robotics, parece que OpenAI está dispuesta a volver a la inteligencia corporal. Los detalles son escasos por el momento; 1X anunció el cierre de una ronda de financiación Serie A2 de 23,5 millones de dólares el 23 de marzo, liderada por el OpenAI Startup Fund.
Halodi hizo ciertos progresos con su robot Eve, un humanoide sobre una base con ruedas, una versión del cual puede verse en el vídeo de arriba. Pero un robot con ruedas es limitado en cuanto a las tareas humanas que puede asumir, y 1X se centra ahora en una plataforma bípeda llamada Neo, para “explorar cómo la inteligencia artificial puede tomar forma en un cuerpo similar al humano”.
Tiene un aspecto algo similar al diseño de Figure, en el sentido de que parece utilizar actuadores eléctricos en lugar de hidráulicos, lleva una pantalla por cara y utiliza manos humanoides.
La empresa no tiene mucho más que decir por el momento, aparte de las palabras “Verano de 2023”, que parecen indicar que conoceremos a Neo con piernas muy pronto. Será fascinante ver qué aporta OpenAI a un proyecto como éste.
Este espacio podría convertirse en la próxima fiebre del oro de la alta tecnología, ya que, como señalan tanto Tesla como Figure, el primero que consiga un humanoide de uso general capaz de realizar un trabajo real en un conjunto de tareas bastante amplio estará en una posición increíble para generar dinero y valor casi ilimitados.
Los trabajadores suelen ser mucho más baratos de comprar que de contratar. Algunos de los capítulos más vergonzosos de la historia de la humanidad demuestran cuánta riqueza se puede generar si se posee una mano de obra servil, no sindicada, que opere bajo cero requisitos de seguridad y salud en el trabajo, que no requiera paga ni baja por enfermedad y a la que se le pueda decir que se encargue de una serie de tareas diferentes.
Una revolución robótica humanoide podría ofrecer muchas de las mismas ventajas de una forma mucho más defendible desde el punto de vista moral, aunque si tiene el suficiente éxito (y parece que lo tendrá, sólo es cuestión de cuándo), abrirá su propia caja de Pandora de consecuencias sociales.
Por supuesto, la forma humana no está optimizada para realizar el trabajo actual, así que en algún momento empezará a tener sentido crear robots sobrehumanos más rápidos y fuertes que los mejores de nosotros, con mayor alcance, piernas y brazos adicionales y factores de forma completamente diferentes. Y será entonces cuando las cosas empiecen a ser realmente extrañas y aterradoras.
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