Industrias como la minería son especialmente complicadas de descarbonizar, ya que los combustibles fósiles están integrados en sus procesos. Para los líderes presentes en las Reuniones de Impacto sobre el Desarrollo Sostenible, la descarbonización de estas industrias exigirá innovación. Las Reuniones de Impacto sobre el Desarrollo Sostenible (SDIM) del Foro Económico Mundial se celebran del 18 al 22 de septiembre en Nueva York.

Fuente: World Economic Forum

La descarbonización es un reto -el mayor reto de la humanidad, según la AIE-, pero es aún más difícil de lograr en algunos sectores que en otros.

“Los sectores difíciles de descarbonizar incorporan combustibles fósiles en sus procesos”, explica Annie Hills, asesora senior de innovación del enviado presidencial especial para el clima del Departamento de Estado de Estados Unidos. “Si pensamos en el hormigón, los combustibles fósiles son literalmente un producto químico: se produce CO2 al fabricar hormigón”.

Para Hills, que formó parte de un panel de expertos en las Reuniones de Impacto sobre el Desarrollo Sostenible (Sustainable Development Impact Meetings, SDIM), la única manera de conseguir que industrias difíciles de descarbonizar -como el transporte marítimo, la aviación, la minería y los productos químicos- lleguen a cero neto será a través de la innovación. “Estas industrias no pueden utilizar las palancas en las que normalmente pensamos cuando hablamos de descarbonización”, señala. “Así que lo que necesitamos es innovación”.

Afortunadamente, ya hay innovaciones en marcha, desde soluciones de almacenamiento de energía hasta tecnologías de captura de carbono. Pero hay obstáculos que deben superarse si queremos que crezcan. Esto es lo que Hills y otros líderes de la mesa redonda sobre innovación en sectores difíciles de descarbonizar dicen que debe ocurrir para acelerar ese proceso.

Abrir la caja negra

Para Vivek Salgaocar, Director y Cofundador del Grupo Vimson, un conglomerado minero, las innovaciones necesarias en sectores difíciles de descarbonizar a menudo ya existen en otras industrias. “Hay mucha tecnología que ya se ha implantado en otros sectores y solo hay que adaptarla un poco al caso de la minería”, explica.

El problema suele ser la falta de concienciación. “El mayor reto ha sido conseguir que los innovadores piensen en el sector minero como un caso de uso para sus tecnologías”, afirma Salgaocar. “Tenemos que salir de esta situación de ‘caja negra’, en la que los empresarios no son conscientes de estos problemas, aunque puedan tener soluciones que los aborden”.

Mayor apetito por el riesgo

Por su propia naturaleza, la innovación es arriesgada, lo que la ha convertido en algo complicado de vender en algunos sectores de difícil descarbonización. “Somos un sector intrínsecamente muy conservador”, afirma Benedikt Sobotka, CEO de la empresa minera Eurasian Resources Group. “Nunca han despedido a nadie por utilizar los mismos procesos que hace 20 o 30 años”.

Para que se produzca un cambio positivo, tendrá que producirse un cambio cultural en lo que respecta al apetito por la asunción de riesgos. “Tenemos que conseguir que haya mucha más asunción de riesgos e innovación en este sector”, afirma Sobotka. “Tenemos que cambiar las actitudes hacia la innovación”.

Shahrukh Shamim, CEO y Cofundador de EnviCore, una startup que ayuda a empresas de sectores como la minería a reutilizar los residuos que producen, afirma que el cambio ya parece estar produciéndose. “Estamos viendo una mayor apertura”, afirma. “Hemos visto muchas iniciativas en las que las empresas buscan activamente incluso tecnologías en fase inicial que puedan cultivar y llevar a una fase en la que puedan desplegarlas comercialmente”.

Incentivos para la descarbonización

La obligación moral de reducir drásticamente las emisiones en industrias difíciles de descarbonizar es evidente. Pero para que las empresas inviertan los recursos necesarios en crear y ampliar innovaciones, también debe haber incentivos empresariales para hacerlo. Actualmente no es así, explica Sobotka.

“Somos una industria de materias primas, por lo que los precios son todos los mismos, tanto si se produce una unidad de metal con una huella de carbono muy alta como si se produce una con una huella de carbono muy baja. El precio es idéntico, no hay diferenciación”. Esto tiene que cambiar si queremos fomentar la inversión en innovación, opina Sobotka. “Hay muy poca recompensa por reducir las emisiones en tus procesos, aparte de ser un buen ciudadano. Debería haberla”.

Ver Anterior

ISObric, el primer ladrillo de terracota de 20 cm del mercado que dispone de una capa aislante para mejorar el aislamiento

Ver Siguiente

La mini casa modular que cambiará la construcción: autosuficiente y se instala fácil en cualquier parte

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...

Comentar Publicación