Científicos han pedido un “cambio de paradigma” en la ciencia de la previsión de daños por corrosión en estructuras de hormigón armado como los puentes.
Fuente: Engineering and Technology
Un grupo de investigadores de Suiza, EE.UU., Canadá y Noruega ha dicho que la causa más común de degradación y fallas de las estructuras de hormigón reforzado es la corrosión inducida por cloruro de los elementos de acero incrustados.
Advirtieron que el tema es un “problema generalizado y urgente” que requiere más atención y conciencia pública.
El concepto subyacente de un umbral de cloruro se usa ampliamente, y todos los modelos existentes para pronosticar el comportamiento frente a la corrosión de las estructuras de hormigón armado expuestas a entornos de cloruro se basan en este concepto teórico común.
Pero los investigadores creen que se necesita un cambio para abordar los crecientes desafíos de las estructuras envejecidas que pierden funcionalidad y pueden colapsar, así como las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.
“La corrosión del acero dentro del hormigón es un fenómeno complejo”, dijo Ueli Angst, de ETH Zürich en Suiza.
“En el entorno generalmente muy alcalino del hormigón, donde el pH puede ser superior a 13, el acero se considera pasivo, lo que significa que está cubierto por una fina capa de óxidos protectores y su tasa de corrosión es insignificantemente baja”.
Pero el hormigón es poroso, y cuando se expone a sales, como agua de mar o sales de carreteras, los iones de cloruro pueden finalmente penetrar en el hormigón y llegar al acero. En algún momento, la capa protectora pasiva se destruirá y puede comenzar la corrosión. Dependiendo de las condiciones reales de exposición, la corrosión puede ocurrir a un ritmo más rápido o más lento.
En realidad, la corrosión del acero dentro del hormigón es un proceso continuo que rara vez se puede separar en fases secuenciales desacopladas.
Los investigadores creen que se debe prestar más atención a la cuantificación de la tasa de corrosión desde el momento en que el acero se coloca dentro del hormigón hasta que llega al final de su vida útil.
Para lograr esto, se necesita un enfoque multidisciplinario y de múltiples escalas que combine las contribuciones científicas y prácticas de la ciencia de los materiales, la ciencia de la corrosión, la investigación del cemento/hormigón y la ingeniería estructural, dijeron.
“A pesar de la gran cantidad de investigación, no se pudo encontrar un umbral claro de cloruro, y los factores que influyen son complejos”, dijo Burkan Isgor, de la Universidad Estatal de Oregón. “Desafortunadamente, la investigación principal todavía está buscando este umbral, lo que presenta una barrera importante para desarrollar modelos confiables de pronóstico de corrosión”.