El acero que produce la región es casi un 30% más sostenible que el fabricado en China, por el uso más intenso de fuentes renovables de energía y además es 100% reciclable contribuyendo a una menor huella de carbono.

Fuente: Ámbito

El acero es un elemento esencial para el desarrollo económico de América Latina. Y cada día toma un rol aún más importante, ya que todo el mundo necesitará aún más material, de mejor calidad y más sostenible. Al tratarse de una sustancia presente al inicio de la cadena productiva de una serie de sectores, la evolución del acero tiene un impacto positivo muy fuerte en el conjunto de la economía.

No es exagerado decir que el aumento del consumo per cápita de acero genera empleos, mejora la calidad de vida de la población y trae innovación. Consideremos, por ejemplo, el sector de la construcción: América Latina tiene un enorme déficit habitacional –solo Brasil ha tenido un déficit de alrededor de 8 millones de viviendas durante décadas– que solo puede reducirse con el uso de técnicas de construcción más baratas, rápidas y sostenibles. La construcción de casas y edificios a base de acero en lugar de mampostería tiene ventajas en estos tres puntos.

Y hay más oportunidades: electrodomésticos, automóviles y equipos agrícolas son otras áreas donde el acero es un componente muy importante. La agroindustria representa directamente entre el 5% y el 20% del Producto Interno Bruto de 20 países de América Latina, pero su impacto va mucho más allá de la cosecha de alimentos. Todo un ecosistema proporciona insumos, equipos y materias primas para la agricultura, incluido el acero utilizado en tractores, cosechadoras, silos, almacenes e incluso clavos y tornillos.

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Sustentabilidad fuerte como el acero

Una de las grandes tendencias mundiales va por las siglas ESG. Los productos, los servicios y una sociedad más sustentable son imperativos: o la humanidad reduce su impacto ambiental o los resultados serán trágicos. Y en ese sentido, el acero ocupa un lugar fundamental, especialmente en América Latina.

El acero producido en la región es alrededor de un 30% más sostenible que el fabricado en China, ya que el uso de fuentes renovables de energía es mucho más intenso en América Latina. La abundante disponibilidad de recursos naturales, las condiciones para el desarrollo e implementación de proyectos de energías renovables y biomasa son importantes diferenciales competitivos – que difícilmente pueden ser replicados.

Brasil, en particular, se destaca con una capacidad de producción instalada de 160 gigavatios de energía renovable en 2021, equivalente al 55% del total de la región. Esta capacidad instalada depende del uso del acero en las palas y postes de los parques eólicos, en las turbinas hidroeléctricas, en las torres de transmisión de energía y en toda la infraestructura que va a las fábricas, comercios y hogares.

Hay una ventaja insuperable: el acero es 100% reciclable y se puede reutilizar infinitamente. Por tanto, de todos los elementos y sustancias necesarios para que tengamos una menor huella de carbono, el acero ocupa un lugar destacado y es fundamental en la transición hacia una economía circular.

Por ello, la industria del material en Latinoamérica tiene un compromiso declarado con la sustentabilidad y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entendemos que alcanzar las metas definidas por el Acuerdo de Paris es imperativo, aunque también complejo y desafiante. Tenemos grandes desafíos, ya que este es un sector intensivo en energía que depende de soluciones basadas en la disponibilidad de recursos naturales y la disposición de los países y economías para hacer la transición hacia una economía baja en carbono.

En nuestro caso, la velocidad de descarbonización de la cadena de producción y distribución depende, sobre todo, del precio y disponibilidad de la chatarra, el gas natural y las energías renovables. Por eso, creo que la transición hay que abordarla desde responsabilidades comunes a todas las empresas y países, pero teniendo en cuenta la realidad económica y social de cada región.

Estamos seguros de que, con diálogo y colaboración entre empresas y gobiernos, para el 2030 la industria del acero cambiará mucho y será aún más sustentable. Esta es una transición que requiere una inversión de capital intensiva en tecnología, infraestructura e I+D. Al menos por ahora, es el sector privado el que ha liderado este movimiento en América Latina, pero la transición necesaria será inviable sin el apoyo del gobierno.

La brecha más grande hoy en día es entre lo que la industria ya sabe que puede hacer y lo que actualmente es económicamente viable. Los cambios necesarios para lograr los compromisos establecidos para 2050 son inmensos y dependen de soluciones que aún no se han encontrado. Por ello, el sector privado mira al futuro y busca estas soluciones, innovando constantemente mientras trabaja para reducir costes, aumentar la productividad y reducir su impacto ambiental.

¿Qué hacer hacia un futuro más sustentable?

A corto plazo, los pasos hacia un futuro más sostenible que garantice el desarrollo económico en todo el mundo son claros: aumentar el uso de energías renovables; ampliar el uso del gas natural, mucho menos contaminante que el carbón vegetal, que domina el mix energético chino y europeo, y optimizar el uso de la chatarra, reciclando la mayor cantidad de acero posible para hacerlo circular.

La creación de procesos cada vez más eficientes en estas tres áreas mejorará el uso de los recursos energéticos, permitiendo al sector avanzar en la incorporación de tecnologías que hoy en día no tienen aplicación comercial a gran escala, como el hidrógeno verde y la captura de carbono. Es necesario enfrentar el tema climático de manera amplia, adoptando nuevas fuentes y procesos energéticos para reducir la generación de dióxido de carbono y capturar lo que aún se produce.

Hay un gran potencial en todo esto, pero este es un largo camino. Considero que la sustentabilidad es fundamental para el desarrollo económico, ya que sólo desde un enfoque en este sentido América Latina y el mundo podrán construirlo de manera sólida y duradera.

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