Buscando nuevos usos para el residuo de hormigón de demoliciones, una startup de Irlanda desarrolló una formulación simple que permite utilizar el polvo fino de este material reciclado sobre suelo agrícola para aumentar la capacidad de captura de carbono del mismo gracias al proceso de desgaste natural de este material, al tiempo que balancea el pH del suelo donde se coloca, mejorando la productividad del sector. Los primeros pilotos ya arrojaron las primeras cifras sobre el impacto de esta innovación con hormigón y todo indica que va por buen camino.

Fuente: Hormigón al Día

Dentro de las estrategias para lograr la carbono neutralidad en la industria del cemento y del hormigón, la captura de CO2 juega un rol protagónico. En efecto, en la Hoja de Ruta que la Global and Cement Association (GCCA) desarrolló para alcanzar ese objetivo, se trata de una de las palancas más importantes para llegar a la emisión cero, lo que, con mayor o menor preponderancia, se refleja en documentos similares alrededor del mundo (en Chile, la Hoja de Ruta Net Zero 2050 dio importancia a otras estrategias antes que a la captura de CO2, que está dentro del documento).

Así, en los últimos años los esfuerzos están en el desarrollo de tecnologías que permitan al hormigón capturar CO2, ya sea durante su proceso de producción, con la incorporación de tecnologías que permitan la captura del gas de efecto invernadero y lo “secuestren” dentro del material, o con la incorporación de mejoras dentro de la formulación del hormigón, que aceleren el proceso de “recarbonatación”, es decir, aumenten la capacidad intrínseca que tiene éste para absorber el CO2 del ambiente, lo que se traduce en menores emisiones.

Sin embargo, esto aborda al material durante su producción o en la formulación de su diseño de mezcla. ¿Qué pasa con los residuos de demolición de hormigón, por ejemplo? El uso mayoritario que se le da a este subproducto es molerlo y transformarlo en árido reciclado, el que se utiliza como porcentaje de reemplazo del árido natural. Recientes investigaciones realizadas en Chile secuestraron CO2 en ese árido reciclado para analizar si mejora la resistencia del hormigón, con ensayos en terreno que arrojan prometedores resultados.

Foto: Planta de tratamiento de residuos de demolición de hormigón. Crédito: Imagen de referencia.

En otra arista, desde Irlanda, una startup llamada Silicate desarrolló otra solución vinculada con la captura de CO2 desde el ambiente, una que mixtura los residuos de demolición de hormigón ya reciclados -incluyendo la fracción fina o “polvo” de hormigón- y la actividad agrícola, dando como resultado un interesante proyecto que ya está dando de qué hablar en Estados Unidos y en Europa.

Un nuevo uso del polvo fino de hormigón reciclado

“Somos la primera compañía en el mundo en utilizar este material para secuestrar carbono a escala”, dijo Maurice Bryson, fundador de Silicate, al periódico The Irish Times respecto al uso del hormigón para la captura del CO2, destacando que el material es superior a otros minerales alcalinos ya que se erosiona más rápido, aumentando su potencial de secuestro del gas de efecto invernadero.

Precisamente, la gran innovación de la startup está en aumentar el proceso de erosión -en este caso, utilizando residuo de hormigón ya procesado- para incrementar la captura de carbono del ambiente. “Los materiales con capacidad de desgaste mejorada con altas concentraciones de cationes de calcio o magnesio, poseen una capacidad de captura de carbono más alta”, aseguran en el sitio web de la empresa.

Foto: Plantación de granos. Crédito: Imagen de referencia

En ese aspecto es donde, para Bryson, el hormigón es fundamental. “El hormigón es el material fabricado por el hombre más abundante del planeta y la industria de la construcción genera billones de toneladas de residuos cada año. El hormigón triturado es un material ideal para la erosión mineral mejorada. Al molerlo, creamos un polvo fino que puede aplicarse de manera segura sobre tierras agrícolas donde aumentará la productividad de los cultivos mediante la modificación del pH del suelo”, aseguró en esa misma entrevista el fundador de Silicate.

El proceso opera de la siguiente forma: “se consigue el residuo de hormigón desde los sitios de demolición, se procesan para obtener este polvo fino y luego, se aplica sobre suelo agrícola. Una vez que éste tiene la suficiente humedad y un pH apropiado, el polvo de hormigón comienza a romperse, capturando el CO2 del ambiente a través de los siguientes pasos: el ácido carbónico que está en el suelo erosiona a los minerales como la sílice, el carbonato y el hidróxido, creando cationes de calcio y aniones de bicarbonato. Estos, se convierten en una fuente estable de almacenamiento de carbono y tanto los iones de bicarbonato como los de calcio permanecen solución en aguas superficiales y subterráneas antes de decantar en el océano”, dicen en el sitio web de Silicate.

Primeros ensayos con el nuevo “fertilizante” de hormigón reciclado

Para demostrar las posibilidades que ofrece este polvo de hormigón, primero en la captura de CO2, se realizó un ensayo en noviembre de 2023 en un predio agrícola de 50 hectáreas ubicado al sur de la ciudad de Chicago, en Estados Unidos. Para el ensayo se esparcieron 500 toneladas del polvo fino de residuo de hormigón sobre el terreno.

Desde Silicate, comentaron que esperan capturar de manera permanente unas 220 toneladas de CO2 desde la atmósfera -el equivalente al CO2 que generan 50 automóviles en un año- además de mejorar el pH del terreno para una mejor producción agrícola.

Foto: Aplicación del polvo de hormigón reciclado sobre el campo de prueba en Wexford, Irlanda. Crédito: Gentileza Silicate

Si bien los primeros resultados del piloto -cuya duración se extenderá por un año- aún no se refieren a la cantidad de carbono capturado, sí apareció evidencia que los campos tratados con el polvo de hormigón de Silicate contienen mayores niveles de bicarbonato que aquellos que no tienen el producto. Junto con esto, se estudió el crecimiento de avena en un campo de prueba en Irlanda y se encontró que, si bien los granos en dos campos eran iguales, en el campo que se trató con el polvo de hormigón la semilla tenía un 35% más de masa, lo que evidencia la mejora del suelo tratado con este subproducto de la construcción.

Aunque los resultados son muy tempranos, los números se ven promisorios. “Creemos que esta nueva forma de reutilizar residuo de hormigón reciclado mejorará la productividad el potencial de captura de carbono del sector agrícola, además de ser una solución a bajo costo, segura de utilizar, lo que podría representar un cambio total en la industria”, comentó Maurice Bryson a Euronews.

Pueden conocer más sobre este innovador uso del polvo de hormigón en el siguiente video

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