Un total de 35 organizaciones públicas y privadas de diez países europeos participan en el proyecto europeo ICEBERG –acrónimo de Innovative Circular Economy Based solutions demonstrating the Efficient recovery of valuable material Resources from the Generation of representative End-of-Life building materials–, financiado por la Unión Europea dentro del Programa Marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020 (contrato 869336), que se propone abordar el reciclado y recuperación de algunos de los residuos más comunes de construcción y demolición (RCDs).

Fuente: Retema

El proyecto, que se prolongará durante cuatro años, tiene un presupuesto de 15.667.498 euros, de los que la Unión Europea aporta 12.997.935 euros del Programa Marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020. Contará con la participación de seis organizaciones vascas: la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco-Ihobe, la Fundación TECNALIA Research & Innovation –coordinadora del consorcio–, el centro tecnológico Gaiker, y las empresas Serikat, Lezama Demoliciones y Viuda de Sainz. El objetivo es ofrecer soluciones innovadoras basadas en la economía circular para la producción de materiales con alto valor procedentes de los residuos de construcción y demolición (RCDs) más comunes.

Se pretende mejorar la confianza y aceptabilidad de los materiales reciclados procedentes de residuos del sector de la construcción

El objetivo del proyecto es diseñar, desarrollar y validar sistemas y tecnologías de reutilización innovadoras, que permitan producir materiales recuperados con alto valor –bajo nivel de impurezas (menos de un 8%)– y confiables. La validación a escala industrial se realizará mediante seis casos de estudio en diferentes localizaciones de Europa, cubriendo así la circularidad del hormigón, la cerámica, la madera, el yeso, las espumas aislantes y los materiales superaislantes.

Y es que, a pesar de que en las últimas dos décadas se ha producido un gran avance en la gestión de RCDs, sigue siendo necesario eliminar barreras para poder conseguir una economía circular en el sector de la construcción y la demolición. Se trata no sólo de evitar el vertedero como destino de los residuos, sino de validar usos de mayor valor añadido. Para ello es necesario mejorar la separación selectiva de las subcorrientes en la propia obra, desarrollar equipos de clasificación automática, caracterización en línea, purificación y valorización.

La duración del proyecto será de cuatro años y tiene un presupuesto de 15.667.498 euros, de los que la Unión Europea aporta 12.997.935 euros. En la primera mitad del proyecto se desarrollarán y adaptarán herramientas y tecnologías para mejorar la trazabilidad, identificación, separación, reciclaje y reutilización de materiales procedentes de RCDs. La segunda parte del proyecto estará dedicada a demostrar dichas soluciones en seis casos de estudio, analizando su impacto económico, ambiental y en la salud de trabajadoras y trabajadores.

Construcción

En el Proyecto ICEBERG ha reunido a 35 organismos –14 grandes empresas, diez pymes, nueve centros de investigación y universidades, y dos sociedades públicas ambientales– con una amplia experiencia en el sector de la construcción y del medio ambiente, de Alemania, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Reino Unido y Turquía, y contará con la participación de seis organizaciones vascas.

El proyecto está coordinado por TECNALIA, que cuenta con una reconocida trayectoria en el liderazgo de este tipo de programas europeos

Por su parte, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco-Ihobe liderará las actividades de comunicación, divulgación científica y sensibilización del proyecto, además de promover la reutilización de estos materiales mediante el desarrollo de políticas y herramientas administrativas.

El centro tecnológico Gaiker contribuirá al desarrollo de la unidad móvil de separación y clasificación automática de RCDs. Por último, las empresas Demoliciones Lezama, Serikat y Viuda de Sainz participarán aportando su conocimiento y colaborando en el desarrollo de las herramientas de soporte a la logística inversa y la validación de todas las soluciones en un caso de estudio local (de los 6 casos de estudio que contempla el proyecto, uno se liderará desde Euskadi).

El proyecto se ha marcado como objetivo principal desarrollar y poner en práctica nuevas soluciones, tanto tecnológicas como no tecnológicas, para lograr una mayor recuperación de materias primas contenidas en los RCDs e incorporar conceptos de economía circular a la cadena de valor del sector de la edificación; por ejemplo, el uso de los materiales recuperados de los RCDs como materias primas secundarias en nuevas aplicaciones destinadas al propio sector de la construcción.

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