El hormigón en construcción es responsable de la robustez que presentan los edificios, pero no solo eso. Lo cierto es que la contaminación que aporta es más elevada de lo que podríamos aceptar. Como recordarás en anteriores ocasiones, hemos hablado del efecto isla de calor (que este muro que genera su propia energía combate de un plumazo). Sin embargo, ahora hemos conocido un superaislante inspirado en el cuerpo humano.

Fuente: Ecoticias

Durante décadas, la industria de la construcción se ha basado en el hormigón armado como principal material para levantar edificios y estructuras. Sin embargo, a medida que la conciencia ambiental crece en nuestra sociedad, surgen interrogante sobre la sostenibilidad del hormigón.

Los edificios de hormigón requieren grandes cantidades de este material tan pesado y contaminante. Un edificio promedio puede utilizar más de 50 000 toneladas de hormigón, lo cual genera una enorme huella de carbono.

Además, la extracción de los componentes del hormigón, como la piedra y la arena, causa un gran impacto en los ecosistemas. Esta es una cuestión que el sector considera decisiva para dejar de usarlos de aquí en adelante.

Por otro lado, el peso del hormigón implica cimentaciones más profundas y robustas, lo cual encarece la construcción. También dificulta modificaciones futuras del edificio. Claramente, urge encontrar alternativas más livianas y ecológicas para reemplazar al pesado hormigón armado.

Este material va a jubilar al hormigón: no te esperas de qué está compuesto, y va a reducir el peso de los edificios a la mitad

Como respuesta a los problemas de los ladrillos de hormigón tradicionales, la empresa española Prenova ha desarrollado una tecnología innovadora para fabricar ladrillos más ligeros y sostenibles utilizando hormigón aligerado.

Los ladrillos Prenova están hechos de polipropileno reciclado y otros materiales reciclados como papel y madera. Mediante un proceso de extrusión, estos materiales se funden y mezclan para crear una masa que luego se vierte en moldes con la forma de ladrillos tradicionales.

La clave está en el diseño de celdas internas que hacen que estos ladrillos pesen mucho menos que los de hormigón, alrededor de la mitad. Las celdas actúan como pequeños globos que aligeran el peso sin perder resistencia estructural.

Además, estos ladrillos son totalmente impermeables, aislantes térmico y acústicos, e incombustibles, por lo que son muy seguros en caso de incendio. También tienen la ventaja de que son fáciles de cortar y perforar en obra.

En resumen, la tecnología de Prenova permite fabricar ladrillos más ecológicos y ligeros con un diseño interior de celdas que reduce el peso a la mitad manteniendo las propiedades mecánicas. El uso de hormigón aligerado en su fabricación también los hace mucho más sostenibles.

Así se fabrican los ladrillos de Prenova, diseñados para una construcción más eficiente

Los ladrillos de Prenova se fabrican mediante un proceso patentado que utiliza hormigón aligerado reciclado en lugar de los materiales tradicionales como el hormigón. El proceso comienza con la recolección de materias primas recicladas de diferentes fuentes.

Este hormigón se trituran y se mezclan para crear gránulos aligerados. Luego, la mezcla de gránulos se introduce en moldes con la forma del ladrillo deseada. Se aplica calor, presión y se enfría el molde para crear ladrillos sólidos y sin necesidad de vigas.

Los ladrillos se desmoldan y pasan por un proceso de control de calidad para asegurar que cumplan con los estándares de medidas, peso y resistencia. Finalmente, se empaquetan y están listos para ser enviados a las obras de construcción.

El proceso de fabricación de Prenova permite crear ladrillos de alta calidad y consistencia utilizando solamente homigón aligerado. Esto reduce significativamente el uso de materias primas vírgenes y el impacto ambiental en comparación con los ladrillos de hormigón tradicionales.

Como has podido ver, el hormigón en construcción tiene los días contados. Lo que jamás nos hubiéramos planteado es que uno de los materiales canónicos —por llamarlo de alguna manera— pudiera funcionar así de bien. Eso sí, todavía queda bastante por innovar, como demuestra este superaislante que repele el calor y que nunca nos habíamos atrevido a probar, por la razón que sea.

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