La construcción industrializada se postula como la fórmula que, de la mano de la colaboración, permitirá dar respuesta a retos como la sostenibilidad, el ahorro de costes y los plazos de ejecución.
Fuente: Expansión
Aunque la construcción es uno de los sectores que han tenido más impacto tradicionalmente sobre la economía española, le ha llegado el turno de reinventarse encontrando soluciones frente a desafíos como la sostenibilidad, el ahorro de costes, el cumplimiento de los plazos de ejecución y la generación de empleo. La construcción industrializada se erige como la alternativa para dar respuesta a estos retos, dado que hace posible fabricar viviendas por módulos en naves industriales y ensamblarlas después en el terreno. La calidad, la precisión y la sostenibilidad están entre sus principales ventajas, en la medida en que ofrece la posibilidad de desarrollar proyectos tanto en serie como a medida.
España se encuentra ante la oportunidad de dar un paso adelante para convertirse en líder mundial en este tipo de construcción, que también es susceptible de exportarse. Los distintos agentes del sector coinciden en que el contexto es el adecuado y que ha llegado el momento de impulsar de manera definitiva esta industria. Para ello, no reclaman ayudas económicas directas sino un acuerdo global que involucre a todos: desde la Administración y la banca hasta las aseguradoras, arquitectos, constructores y promotores.
Así lo indicaron en el encuentro digital Construcción industrializada: Prototipar, la nueva realidad de la construcción, que organizó EXPANSIÓN con el patrocinio de The Prototipo Company, compañía de Urbania International especializada en este tipo de construcción.
Camino por recorrer
La construcción industrializada de vivienda no llega al 1% del total en España, según los datos ofrecidos por la Plataforma para la Industrialización de Viviendas (PIV) en octubre de 2020. Son cifras muy lejanas a las que registran países como Países Bajos y Suecia, donde ya supone más de la mitad, y Alemania con más del 9%.
“La administración debe entender que desarrollar esto supone una gran oportunidad para cambiar el modelo productivo y económico del país, creado una industria que sea exportable”, recalcó Tomás Gasset Piñón, CEO de Urbania International, que abogó por un plan que fomente la compra de las viviendas industrializadas. En cuanto a los distintos modelos, “el build to rent y la inversión alternativa harán que la construcción industrializado se desarrolle en gran medida. Cuando los clientes tomen conciencia de que es una alternativa igual o mejor que la tradicional, se romperán barreras para hacer lo mismo en build to sell”, dijo Gasset.
En la misma línea, “estamos en el momento idóneo porque existen necesidades en cuanto a calidad y precisión en los plazos y en los precios, junto con aspectos internos del sector de la construcción que empujan hacia ello”, afirmó Begoña López Ferrer, directora general de The Prototipo Company. En cuanto a este modelo de industrialización, apuntó que “es necesario implementar ciertos sistemas que ya existen, por ejemplo en la industria automovilística, para seriar o estandarizar. Eso no quiere decir que todo sea igual”.
Por su parte, Antonio Martín Jiménez, presidente de Grupo Avintia, subrayó que “no se trata de que construir mejor, sino de hacerlo de un modo diferente”. Sobre los pasos que deben darse para impulsar esta industria, comentó que “tenemos el reto de incentivar a los promotores y arquitectos para después activar a los organismos públicos”. Las ayudas europeas pueden ser un apoyo ideal para este tipo de iniciativas, como resaltó el presidente de Avintia: “Los fondos de recuperación deben impulsar proyectos como estos, porque nuestro sector puede tener un efecto tractor”.
Teniendo en cuenta el peso de la inversión extranjera en el sector promotor, “debemos encontrar e implementar fórmulas que hagan más eficiente el retorno del capital para que no salga de España; la clave es mejorar en los plazos”, señaló David Martínez Montero, CEO de Aedas Homes. La construcción industrializada abarca desde las viviendas compuestas por módulos hasta la incorporación de determinados elementos prefabricados, como los cuartos de baño o las fachadas. “Quizá la mejor forma de que el cliente vaya viendo todas las ventajas sea implantarlo poco a poco, de manera capilar”, aseveró el CEO de Aedas Homes.
Para aprovechar esta oportunidad de convertirse en líder de la industria, España podría apoyarse en la disponibilidad de vastos territorios despoblados. “Podrían desarrollarse fábricas de miles de metros cuadrados dedicadas a construir edificios, en las que trabajarían robots, pero también se generaría nuevo empleo. Desde estas fábricas, se producirían edificios por catálogo para todo el mundo”, planteó Carlos Lamela, presidente de Estudio Lamela. Desde hace años, este estudio de arquitectura es uno de los principales valedores de la industrialización de la promoción residencial, y lleva a cabo proyectos de la mano de firmas como Avintia y Aedas Homes.
Desde la perspectiva de este gremio, “es necesario que exista mejor formación sobre construcción industrializada para los arquitectos y para otros profesionales que quieran acceder, como los aparejadores”, expresó Fernando Catalán de Ocón, director general del programa inmobiliario del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).