Las murallas han jugado un papel muy importante en la historia de la humanidad. Además de proteger a las ciudades y a sus habitantes, han simbolizado poder y prestigio y han facilitado el comercio. Investigamos la historia de algunas de las más impresionantes del planeta.

Fuente: Sacyr

La muralla más famosa del mundo es muy probablemente la Gran Muralla ChinaSi por algo destaca esta fortificación, es por sus estratosféricas dimensiones. Tiene miles de torres de vigilancia y mide más de 21.000 kilómetros.

Es decir, casi el doble que el diámetro de la Tierra y la mitad de su circunferencia. Esta no es la única muralla impresionante del planeta. Muchas otras construidas para proteger ciudades dejarían a más de uno boquiabierto, entre ellas la de Ávila, en España; la de Ston, en Croacia; o la de Carcasona, en Francia.

La muralla de Ávila

La muralla de Ávila es una de las mejores conservadas del mundo. Su perímetro es de 2.516 metros y tiene 87 torreones o cubos, 9 puertas y 2.500 merlones (salientes verticales). Esta megaestructura levantada en una ciudad en el centro de España de unos 60.000 habitantes tiene más de 2.000 años de historia. Las excavaciones indican que se construyó en el siglo I d.C., cuando se cree que en esta zona convivía población vettona y romana.

La muralla de Ávila es una de las mejor conservadas del mundo. Crédito: José Luis Cernadas Iglesias / Flickr.

La muralla ha sido protagonista de varias reconstrucciones, como la ordenada por Alfonso VI (1048-1109) tras la conquista de Toledo, o la de Alfonso VIII (1155-1214), que es la que ha llegado a nuestros días. En esos momentos, la defensa era necesaria, según indican desde la página web de turismo de Ávila.

“En el siglo XVI siguió cumpliendo funciones de seguridad sanitaria y control económico, llevándose a cabo reformas encaminadas a su reparación, pero, desaparecido el peligro de enfrentamiento bélico, se decide desmontar algunas defensas complementarias (como la barbacana o el foso), que se mostraban ineficaces ante la maquinaria militar de la época”, añaden.

A finales del siglo XIX algunos círculos intelectuales abogaron por la demolición de la muralla, tal y como se estaba haciendo en otras ciudades europeas al considerar que eran un freno para el desarrollo urbano. Pero el Ayuntamiento se empeñó en conservarla. La muralla, junto con el casco antiguo y varias iglesias situadas extramuros, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. En la actualidad, se pueden visitar 1.700 metros de esta megaestructura.

La muralla de Ávila mide 2.516 metros y cuenta con 87 torreones y 9 puertas. Crédito: Come to Spain.

Las murallas de Ston

Las murallas de la ciudad de Ston constan de la muralla principal y tres fuertes, 41 torres, siete baluartes, cuatro premuros y un foso lleno de agua que se extiende alrededor de algunos de sus bordes. Su construcción se inició a principios del siglo XVI en esta ciudad marítima situada al sur de Croacia.

“Se necesitaron casi cuatro siglos para terminar estos complejos muros de defensa, ya que los constructores tuvieron que adaptarse al terreno accidentado y a los avances en la tecnología bélica”, explican desde la web oficial del patrimonio de Dubrovnik.

Las constantes amenazas que sufrían los habitantes de Dubrovnik los impulsaron a comenzar a levantar muros de defensa en 1333. Esta construcción se convertiría en el segundo muro más largo de Europa, sólo superado por el Muro de Adriano. Estas murallas se utilizaron por última vez con fines de defensa en el siglo XIX y hoy en día son un destino turístico popular de incalculable valor arquitectónico y cultural.

La muralla de Ston es la segunda más larga de Europa. Crédito: Explore Croatia.

Las murallas de la Ciudad de Carcasona

Entre las fortificaciones medievales mejor conservadas, también se encuentran las murallas de la ciudad de Carcasona, en Francia. Esta ciudad, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1997, parece sacada de una novela de fantasía medieval, como indican desde el Centro de Monumentos Nacionales de Francia. “Entre los siglos III y V, Carcasona fue atacada por visigodos, sarracenos y francos. Como consecuencia, la ciudad se fortificó con una muralla galo-romana con torres en forma de herradura y amplias aberturas”, relatan.

En el siglo XIII, Carcasona se vio envuelta en otro asedio, esta vez durante la cruenta cruzada contra los albigenses. Para fortalecer su posición estratégica, se construyó una extensa muralla exterior de 1.600 metros de longitud. Fue entonces cuando la ciudad adquirió el aspecto que hoy conocemos. Bajo los reinados de Felipe III, el Temerario, y Felipe IV, el Hermoso, las fortificaciones se modernizaron: se dotó a las murallas de aspilleras para disparar ballestas y se construyeron nuevas puertas. En la actualidad, las dos murallas concéntricas suman 3 kilómetros de murallas y cuentan con 52 torres. Desde ellas las vistas son impresionantes. Incluyen una panorámica única de la ciudad medieval, laderas de viñedos y las montañas de los Pirineos.

Carcasona está rodeada por una doble muralla medieval. Crédito: Wonderliv travel.

Estas son sólo algunas de las murallas más impresionantes del mundo. En esta lista también deberían figurar otras como las Murallas de Cartagena de Indias, en Colombia; la muralla de York, en Reino Unido; o la de Itchan Kala, en Uzbekistán. Todas ellas tienen características que las hacen únicas pero fueron construidas con un mismo objetivo: proteger a las ciudades y sus habitantes de ataques externos.

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