Se prevé que en 2050 más de la mitad de la población mundial vivirá en ciudades y necesitará alojamiento. Esto no solo es una buena noticia para el sector de la construcción, sino que también podría serlo para el medio ambiente. Si solo un pequeño porcentaje de estos edificios se construyera con materiales sostenibles de origen biológico, se podrían reducir considerablemente las emisiones de carbono, aumentar el almacenamiento de carbono y ayudarnos a alcanzar el equilibrio neto cero.
Fuente: World Economic Forum
Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y se prevé que en 2050 esta cifra aumente hasta el 70%. Todas estas personas necesitarán un lugar donde vivir y trabajar con una infraestructura que les apoye a ellos y a sus familias.
No solo es una buena noticia para el sector de la construcción, sino también para el medio ambiente. Si solo un pequeño porcentaje de estos edificios se construyera con materiales sostenibles de origen biológico, podrían reducirse considerablemente las emisiones de carbono, aumentar el almacenamiento de carbono y ayudarnos a alcanzar el equilibrio neto cero.
Y eso gracias a los biomateriales, que son materiales fabricados intencionadamente con sustancias derivadas de organismos vivos, como la madera de los árboles.
La bioconstrucción es cada vez más popular
La naturaleza ya está ayudando a construir nuestras ciudades. La bioconstrucción está ganando adeptos entre los primeros interesados en hacer que los edificios tengan un impacto mínimo en el medio ambiente. Se espera que estos edificios de prueba contribuyan a la adopción generalizada de los biomateriales.
El Burj Zanzibar, el edificio de madera más alto de África con 96 m de altura, está a punto de empezar a construirse en Fumba Town. El edificio, que traerá el bosque a la ciudad, se construirá con pilares de madera laminada encolada y tableros de madera contralaminada de origen local, lo que creará puestos de trabajo en zonas rurales y urbanas. Las ventas de los apartamentos de alta gama del Burj ayudarán a financiar una promoción de viviendas asequibles en Fumba Town, construidas con madera sostenible y siguiendo los mismos principios. Su diseño refresca el clima interior, reduciendo la necesidad de aire acondicionado, que consume mucha electricidad.
En el Norte Global también se está trabajando para hacer de la madera maciza sostenible un material de construcción de referencia. Se han presentado planes para construir la que podría ser la mayor ciudad de madera del mundo. Wood City se construirá en Sickla, una zona en las afueras de la capital sueca, Estocolmo. La construcción de los 250 000 metros cuadrados comenzará en 2025 y, cuando esté terminada, albergará 2000 viviendas y 7000 oficinas, además de restaurantes y tiendas. La ciudad de madera incorpora además en su diseño elementos naturales, como tejados verdes.
Aprovechando el poder de la naturaleza
Los bosques climáticamente inteligentes ofrecen una solución extraordinaria al problema de la expansión urbana, ya que su suministro de madera puede reponerse continuamente mediante la replantación de árboles, que secuestra o absorbe carbono de la atmósfera a medida que los árboles crecen. Ese carbono se almacena después endentro de los árboles, la materia vegetal del bosque y el suelo, creando un enorme sumidero de carbono.
Los materiales forestales siguen almacenando carbono incluso cuando se convierten en otra cosa, ya sea el armazón de un edificio o un armario. Como parte de una economía circular: cuando ese edificio o armario llega al final de su uso, sus biomateriales pueden reutilizarse de nuevo, quizá como valla, manteniendo su carbono bloqueado.
En la actualidad, el sector de la construcción es responsable de cerca del 39% de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía y los procesos. Si las nuevas zonas urbanas pueden almacenar carbono, en lugar de emitirlo, se convierten en la clave para frenar el cambio climático y reducir las catástrofes climáticas, como las inundaciones. Mientras que un edificio típico de acero y hormigón produce 2000 toneladas métricas de emisiones de CO2, un edificio de madera de masa equivalente puede igualarlo en almacenamiento de carbono.
Y, aunque la madera es uno de los principales materiales sostenibles de almacenamiento de carbono, también están surgiendo otras opciones. Las algas se utilizan en nuevas tecnologías de construcción para calentar edificios mediante fachadas innovadoras; los hongos se emplean en materiales de construcción compuestos de micelio para aislamientos, paneles, suelos y muebles sostenibles; y el cáñamo se transforma en ladrillos. Aunque es necesario seguir investigando y desarrollando antes de que estos materiales lleguen al mercado de masas, su potencial es inmenso.
Los materiales de origen biológico tienen beneficios más allá del cero neto
Aumentar el uso de materiales de construcción de origen biológico no solo beneficia al medio ambiente, sino que también estimula las economías locales, la creación de empleo, la biodiversidad y los esfuerzos de reforestación. El Programa de Economía Forestal Inteligente para el Clima (CSFEP) es una iniciativa mundial cuyo objetivo es generar y difundir conocimientos sobre cómo pueden utilizarse los bosques y los productos forestales para beneficiar al clima y apoyar la economía y las necesidades sociales de las comunidades locales. Uno de los muchos proyectos que apoya está en Kenia.
La empresa de arquitectura, ingeniería y construcción BuildX colabora con el CSFEP para promover el uso de madera en masa sostenible local, desarrollar una cadena de valor regional y ampliar la gestión forestal sostenible en Kenia, Tanzania y Uganda. El Modelo para una Vida Urbana Descarbonizada (MODUL) de BuildX es un sistema de viviendas urbanas en paquetes planos de madera laminada cruzada. Centrado en viviendas de renta baja y media, está diseñado para proporcionar viviendas asequibles y sostenibles a gran escala.