Cuando los astronautas empiecen a construir una base permanente en la Luna, como tiene previsto hacer la NASA en los próximos años, necesitarán ayuda. Los robots podrían hacer el trabajo pesado tendiendo cables, desplegando paneles solares, erigiendo torres de comunicaciones y construyendo hábitats. Pero si cada robot está diseñado para una acción o tarea específica, una base lunar podría requerir una colección casi interminable de máquinas, cada una con sus propias piezas y con sus protocolos específicos, algo nada práctico.
Fuente: Noticias de la Ciencia
Para evitar esa situación problemática, un equipo de ingenieros, dirigido por George Lordos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, está diseñando un kit de piezas robóticas universales que un astronauta podría combinar fácilmente entre ellas para configurar rápidamente distintas “especies” de robots que se adapten a diversas misiones en la Luna. Una vez finalizada la misión, se puede desmontar al robot y utilizar sus piezas para configurar un nuevo robot que realice una tarea diferente.
El equipo llama al sistema WORMS, por las siglas en inglés de “Walking Oligomeric Robotic Mobility System”. Las piezas del sistema incluyen extremidades robóticas que un astronauta puede encajar fácilmente en una base, y que funcionan juntas sirviendo de patas para el robot andante. En función de la misión, las piezas pueden combinarse para construir, por ejemplo, grandes robots “mochila” capaces de transportar pesados paneles solares colina arriba. Las mismas piezas podrían recombinarse en robots de apariencia arácnida aunque con solo seis patas que posean la agilidad y la pericia suficientes para por ejemplo descender hasta un tubo de lava y explorar su interior.
Los tubos de lava, que también se encuentran en la Tierra, se forman cuando la lava fundida fluye bajo un campo de lava enfriada o se forma una costra sobre un río de lava, dejando un túnel largo y hueco. Si el techo de un tubo de lava solidificado se derrumba, se abre un pozo que puede conducir al resto del túnel en forma de cueva.
Algunos tubos de lava lunares podrían aprovecharse como refugios. En bastantes casos, instalar en ellos bases lunares sería una mejor opción que hacerlo fuera.
Lordos y sus colegas desarrollaron un software que puede adaptarse para coordinar múltiples apéndices. Para ponerlo a prueba, el equipo construyó un robot de seis patas del tamaño de un kart. En el laboratorio, demostraron que, una vez montado, las extremidades independientes del robot funcionaban lo bastante bien coordinadas para permitirle al robot caminar sobre terreno llano. El equipo también demostró que podía montar y desmontar rápidamente el robot sobre el terreno, sin necesidad de llevarlo a un taller. El montaje y el desmontaje se hicieron en un paraje desértico de California.
En la versión actual, cada apéndice de WORMS mide alrededor de 1 metro de largo y pesa unos 9 kilogramos. En la gravedad de la Luna, que es aproximadamente una sexta parte de la de la Tierra, cada extremidad pesaría alrededor de 1 kilo y medio, un peso que un astronauta podría manejar fácilmente para montar o desmontar el robot sobre el terreno.
El equipo de investigación y desarrollo ha planificado las especificaciones que tendrán las piezas de una versión más grande, con apéndices más largos y algo más pesados. Estas piezas más grandes podrían combinarse para montar con ellas robots capaces de transportar cargas muy pesadas.