El telescopio SKA, cuya entrada en servicio está prevista para 2030, cuenta con cientos de antenas repartidas en dos continentes.
Fuente: ABC Ciencia
Después de treinta largos años de planificación, el pasado 5 de diciembre empezó por fin la construcción del Square Kilometre Array (SKA), el mayor de los radiotelescopios construidos hasta ahora por el hombre y que constará de centenares de antenas parabólicas repartidas en dos continentes: la región de Karoo en Sudáfrica y el Condado de Murchison, en Australia occidental.
Juntas, las dos instalaciones, llamadas SKA-Mid y SKA.Low por los tipos de frecuencias que detectará cada una, permitirán obtener imágenes de alta resolución de todo el cielo. Dirigido y supervisado por la organización SKAO (Square Kilometer Array Observatory), en la que participan 17 países, el telescopio tendrá una sensibilidad tal que permitirá a los investigadores captar incluso los débiles ecos de las señales emitidas por el Universo durante sus primeros días de existencia.
«El proyecto SKA – dijo Catherine Cesarsky, presidenta del consejo de SKAO durante el discurso inaugural- lleva muchos años en desarrollo. Hoy, nos reunimos aquí para marcar otro capítulo importante en este viaje de 30 años. Un viaje para entregar el instrumento científico más grande del mundo». El objetivo es que tanto la instalación sudafricana como la australiana entren en servicio en el año 2030.
‘Compartir el cielo y las estrellas’
La sede australiana albergará 131.072 antenas de baja frecuencia repartidas en estaciones que estarán a una distancia máxima de 65 kilómetros. Juntas, las antenas actuarán como un radiotelescopio con una lente de 400.000 metros cuadrados. Cada estación de antena mide dos metros de altura y contiene 256 antenas en una configuración cuya forma recuerda a la de un pino. Al captar señales de muy baja frecuencia de todo el cielo, SKA-Low podrá profundizar en algunos de los ecos más antiguos que quedaron de los primeros mil millones de años de existencia del Universo.
Las instalaciones australianas se encuentran en las tierras de los indígenas Wajarri Yamaji, que firmaron un acuerdo para garantizar que el telescopio no interfiriera con ningún sitio cultural y que los lugareños recibirán beneficios económicos y educativos. Como parte del acuerdo, Wajarri Yamaji otorgó al sitio el nombre tradicional ‘Inyarrimanha Ilgari Bundara’, que significa ‘compartir el cielo y las estrellas’.
La sede sudafricana, por su parte, consistirá en 197 grandes antenas parabólicas repartidas en una amplia zona y que estarán hasta a 150 km una de otra. Esas antenas se conectarán al ya existente radiotelescopio MeerKAT y, juntas, serán el equivalente a un único telescopio con una lente 33.000 metros cuadrados. SKA-Mid será cinco veces más sensible, cuatro veces más resolutivo y 60 veces más rápido para escanear el cielo que el actual telescopio Very Large Array (VLA), el radiotelescopio de última generación ubicado en Nuevo México.