Como parte de las metas para alcanzar la carboneutralidad de la industria al año 2050, una iniciativa en la que participa la Academia y el mundo privado busca reducir la emisión de CO2 en la producción del cemento con el uso de escoria siderúrgica y procesos químicos que no generen huella de carbono.

Fuente: Hormigón al Día

El desafío que tiene el sector del cemento y el hormigón en materia de reducción de huella de carbono es grande, especialmente dadas las cifras de emisión de CO2 que, en promedio, genera la industria a nivel global. Esto llevó a que se desarrollasen diversas iniciativas para disminuir la huella de carbono del material, apuntando hacia la carbononeutralidad como compromiso de la industria al año 2050.

En ese sentido, las investigaciones van desde el uso de algas para generar caliza biogénica hasta, por ejemplo, la implementación de procesos vía Inteligencia Artificial, entre otros desarrollos. En su mayoría, estos estudios aún se encuentran en fase experimental, salvo excepciones como la losa de hormigón con aditivos de grafeno que se ejecutó en el Reino Unido.

Investigación en el Reino Unido apunta a cemento carbononeutral con escoria siderúrgica

Justamente, una iniciativa liderada por académicos de la Universidad de Teeside, en el país europeo, en la que también participan actores del mundo privado, busca la producción industrial de un nuevo tipo de hormigón que, aprovechando el uso de escorias industriales y químicas, reduzca significativamente su huella de carbono: el “Mevocrete”.

Aprovechando un subproducto industrial

El proyecto, que cuya duración es de tres años, busca desarrollar y optimizar la tecnología de cemento polimérico con baja huella de CO2 para la producción industrial.

Para esto, “Mevocrete” trabajará con subproductos de la industria del acero, como lo son escorias siderúrgicas de la industria local, las que pueden secuestrar el carbono. Esto permitiría, de acuerdo con los responsables del proyecto, generar un cemento carbononeutral que disminuya drásticamente la huella de carbono del material que se produce en el Reino Unido. Sólo en el año 2019, el país produjo más de 9 millones de toneladas de cemento, lo que equivaldría a unos 700 millones de toneladas de CO2 emitidas al ambiente.

De acuerdo con David Hughes, profesor y decano asociado del área de Investigación de la casa de estudios británica, el plan es utilizar la escoria siderúrgica de la producción de acero local, la que usualmente va a parar en rellenos sanitarios.

“Esta es una de las zonas de Europa con mayor desarrollo industrial y se encuentra cubierta con la escoria del acero generada por las antiguas plantas de producción. Sólo para comenzar esta iniciativa, existen millones de toneladas métricas ahí, sin incluir a otras regiones clave del Reino Unido que cuentan con depósitos similares de escoria”, explicó el académico.

Foto: El Dr. Sina Rezaei Gomari (der.), la Dra. Elizabeth Gilligan (izq.) y Sam Clark de Material Evolution. Crédito: agg-net.com

Nuevos procesos para la producción

Si bien uno de los primeros pasos es utilizar la abundante cantidad de escoria siderúrgica, el otro paso del proyecto “Mevocrete” consiste en utilizar procesos químicos durante la producción del cemento que disminuyan la emisión de CO2.

Ahí entra Material Evolution, uno de los actores privados de esta iniciativa, cuyo método de producción no involucra hornos a altas temperaturas, sino una reacción química que utiliza “fusión alcalina de energía ultra baja”, la que no requiere de calor ni tampoco emite CO2 durante su acción.

La idea es someter a análisis a la escoria siderúrgica para ver cuánto carbono es capaz de absorber “ya sea durante la etapa de fusión alcalina, en el curado o en su uso, por ejemplo, como una banca de hormigón que esté secuestrando CO2 mientras se utiliza”, comentó David Hughes.

Junto con esto, la idea del proyecto -que cuenta fondos públicos para su desarrollo- también es analizar la cadena de valor de la industria, desde la extracción de materias primas hasta el usuario final, y crear un producto carbononeutral ya ensayado y verificado para el término del proyecto, en octubre de 2025.

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