Our Ecolution tendrá su fábrica en el Parque Industrial de Pando en 2024.
Fuente: El País
Desde el interior de la provincia de Córdoba, el ingeniero agrónomo argentino Juan Manuel Vázquez, CEO de Our Ecolution para América Latina, confirma a El País que esta empresa de origen sueco concretó la compra de unas tierras en el Parque Industrial de Pando (Canelones), para instalar su fábrica en Uruguay . Lo hizo a fines del año pasado y ahora está a un paso de proceder con la construcción misma.
Our Ecolution se dedica a la fabricación de placas de materiales de construcción en base a residuos agrícolas comprimidos, que en el caso de Uruguay serán pajas de trigo (ver aparte). Esas placas, que compiten directamente contra las de yeso o cemento tradicionales, se usan sobre todo para cerramientos de viviendas y oficinas.
La propuesta es desarrollar soluciones más amigables con el medio ambiente, y también que Uruguay sea centro regional de la empresa en materia de capacitación y de investigación y desarrollo en nuevos sistemas constructivos. El objetivo es el abastecimiento del mercado local, que en primera instancia será suficiente para la producción inicial de la empresa acá. “Uruguay importa 4,5 millones de placas de yeso al año. La idea es que se cambie un material importado y dañino para el ambiente, por un material nacional, más amistoso”, dijo Vázquez a El País.
“Estamos terminando la escritura de la compra del predio. Me mudaré a Uruguay”, aclaró, calculando que la fábrica estará en funcionamiento a mediados del próximo año, aunque dependerá de la burocracia de los procesos. Mientras la fábrica se esté construyendo, importarán las placas para poder empezar a trabajar en este país. “Tuve reuniones con particulares y empresas interesadas en construir viviendas o en particionar las que ya existen, y las atenderemos aun sin la fábrica”, afirmó Vázquez.
Ministerio
Our Ecolution ha estado en conversaciones con autoridades del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT) y, según explicó a El País el subsecretario de la cartera, Tabaré Hackenbruch, son “bienvenidas las soluciones ecológicas” en el marco de la promoción de viviendas de interés social y de construcciones con madera que impulsa el gobierno. “Todavía no tenemos acuerdos firmados con el gobierno uruguayo, pero lo estamos hablando y en el Ministerio de Vivienda hemos tenido muy buena acogida”, aclaró Vázquez.
“Uruguay está apostando fuerte a la construcción en madera, y nuestras placas se complementan muy bien con ese concepto, porque brindan muy buena capacidad de aislar acústicamente, que es un poco el talón de Aquiles de la madera. Estas placas también aíslan térmicamente, entre otros beneficios”, explicó el CEO.
En un viaje que realizó Vázquez a Uruguay este año, visitó junto a Hackenbruch la Cooperativa Nandú, donde se levantan viviendas modulares de promoción social, y “manejamos la idea de hacer alguna prueba piloto conjuntamente”, contó.
En cuanto a la investigación y desarrollo que Our Ecolution proyecta en Uruguay, Vázquez expresó entusiasmo de tener a la academia cerca. Fue incluso uno de los motivos por los cuales asesoró al grupo empresarial que representa con sede en Suecia, de instalarse en el Parque Industrial de Pando.
Vázquez lo explica: “Nos resulta interesante que ese parque industrial municipal esté administrado por la Facultad de Química de la Universidad de la República. Me siento cómodo teniendo a la academia disponible para la salida de nuevos productos al mercado, ensayos y pruebas. Los alumnos de las distintas carreras van tener la oportunidad de interactuar con nosotros, o de realizar algún tipo de pasantía con estos materiales innovadores. Tuvimos reuniones extraoficiales, informales, sobre el tema con la universidad”.
De Suecia a Uruguay
Las placas de base biológica de Our Ecolution que sirven para la construcción son un invento cuya patente fue comprada por el grupo sueco en 1935. Posteriormente la adquirió una familia inglesa y luego los suecos la recompraron, volviendo a ser una patente de ese origen. La empresa no tiene fábrica en ese país, donde está la sede del grupo. Sus fábricas están en República Checa, Turquía, Irán y Australia. Más de 300.000 viviendas se reconstruyeron en la posguerra en Europa con ese material. “La gente me pregunta si las placas son durables. Tengo fotografías de casas construidas en 1950 y 1955 con estas placas, y hoy están en perfectas condiciones en climas crudos como los de Estocolmo”, dijo Vázquez. Las placas ecológicas tienen cada vez más aceptación en el mundo, afirmó.
Fábrica
La nueva fábrica en Canelones, en la que se invierte un monto de US$ 20 millones constará, en una primera etapa, de una línea de montaje que traerán de Europa, pero el predio tiene espacio para cuatro líneas más, y a eso aspiran llegar a mediano plazo.
Serán unos 3.000 metros cuadrados (m2) para las líneas de montaje y oficinas, y aparte unos 500 m2 más para depósito de las materias primas. Con una sola línea, se producirán 400.000 m2 de placas al año. Más que la inversión, lo interesante es el concepto de innovación y amigabilidad ambiental de las placas.
Se calcula que la empresa empleará una 30 personas, 12 de ellas en la planta, en triple turno. La apuesta a mediano plazo es a la escalabilidad.
Our Ecolution también tiene previsto instalar una línea de producción en Ecuador y otra en Indonesia; en esos casos, trabajarán con paja de arroz, no de trigo.
“Es el futuro”
“Los materiales de construcción en el futuro van a tener que ser cultivados, no hay opción”, proyectó el ingeniero, bajo la convicción de que la solución a los problemas ambientales pasa por sistemas constructivos ecológicos.
“La humanidad ha estado utilizando materiales que no son cultivados y de una manera tan extractiva y tan adictiva, que ya se están sufriendo los graves problemas. Se usa mucho el hormigón y el acero para construir, no podemos seguir camino al colapso”, advirtió.
Recordó asimismo que América Latina es muy rica en fotosíntesis y que ahí radica “la fórmula” para competir mejor en el mundo y bajar el calentamiento global.
Producción de placas con la paja del trigo
Para la fabricación de placas de base biológica para la construcción de edificios o casas, la empresa no utiliza el trigo en sí, sino de los residuos del trigo, es decir la paja, por lo que no compite contra la industria alimentaria. “El volumen de paja seca acumulada que queda en el campo uruguayo es gigantesco y apenas menos del 5% del total se utiliza. Se usa para hipódromos, en cabañas para animales, camas para pollos y cerdos, para mejorar las condiciones de bienestar de los animales en establos. Pero sobra muchísima, y la podemos aprovechar”, afirmó Vázquez.
La fábrica de Our Ecolution utilizará como materia prima los fardos de 500 kilos de paja de trigo que comprarán en el campo uruguayo. Los fardos entrarán a una máquina para el procesamiento de picado, temperaturas de 180 grados harán que la lignina se licúe, se comprimirá el material con un pistón contra formas metálicas y, al enfriarse, el resultado será un producto aglomerado: una placa capaz de secuestrar carbono, sin generar residuos sulfurosos.
“Competiremos contra las placas de yeso, que no son tan aislantes como esto y en las que se usan pegamentos que dañan el medio ambiente. Estamos en un escalón superior”, desafió el ingeniero.
Sobre el precio del producto, señaló que “es competitivo, pero las ventajas son fundamentalmente a nivel técnico y ambiental”.
Los clientes de Our Ecolution son constructoras, desarrolladores, yeseros y particulares que quieren cam- biar el lay-out de sus casas u oficinas. También se está usando este material para refracciones en edificios. Las placas tienen potencial en escuelas (por el aislamiento acústico, útil entre aulas), hoteles y particionamientos o cerramientos creativos que se suelen realizar según las nuevas tendencias, explicó el CEO para la región. “Elegí a Uruguay para establecer la fábrica por su estabilidad económica y porque está abierto al mundo, más que muchos otros países. Para Uruguay, incorporar estas placas en la construcción será estar a la vanguardia”, concluyó el ingeniero, quien trabaja en temas de construcción con fibras comprimidas desde hace unos 20 años.