Buscando aplicar elementos de economía circular y manejo de residuos, una académica de la Universidad Católica del Norte (UCN) trabaja en una investigación que permite utilizar las conchas de moluscos para crear un innovador material constructivo.
Fuente: El Mostrador
“Desarrollo de ecopaneles con residuos de la acuicultura”, en una investigación que lleva a cabo desde su tesis de doctorado la académica de la Escuela de Prevención de Riesgos y Medioambiente de la UCN, Begoña Peceño, hoy es parte de un Fondo de Innovación para la Competitividad FIC-R de la Región de Coquimbo.
El producto que busca desarrollar la académica de la UCN será utilizado para la construcción de paneles, los que gracias a sus componentes, poseerá propiedades ignífugas. “Ante altas temperaturas, como las que ocurren en un incendio, el residuo de concha se descompone endotérmicamente, retirando el calor del ambiente y por lo tanto, retrasando la propagación del fuego”.
Además, otra de las ventajas del proyecto es que puede utilizar los residuos de distintos tipos de moluscos, con lo que se evita la segregación de los distintos tipos de conchas, lo que permite que todo el material que se recicle sea utilizado, dando valor a un residuo que las empresas de la acuicultura deben gastar recursos económicos para desechar. Debido a esta característica del producto, ya son cerca de siete empresas las que se encuentran interesadas en participar de la iniciativa.
Para poder llevar esta investigación a un producto comercial, se llevan a cabo estrategias de propiedad intelectual que incluyen el patentamiento de la técnica que permitirá convertir las conchas de molusco en material constructivo, para posteriormente iniciar un trabajo con instituciones como la Cámara Chilena de la Construcción y el programa Construye 2025; que ya están al tanto de esta innovadora iniciativa.
Según menciona Begoña, lo que busca esta iniciativa es “aprovechar el carbonato cálcico para material de construcción. Lo estamos aplicando en este sector ya que con el cambio climático es una industria que se tiene que reestructurar, apuntando a la construcción sustentable”.
Asimismo, menciona que el proyecto cuenta con tres partes: la técnica, que ve la viabilidad del proyecto, en la que existe una solicitud de patente en proceso; la económica, para lograr que el material generado sea competitivo; y la medioambiental. “Estamos tomando un residuo y le estamos quitando una impureza. Esto tiene un impacto y vamos a utilizar una serie de recursos para cuantificarlo. Una vez resueltas las dificultades técnicas y ambientales, se puede evaluar y desarrollar el producto a escala prototipo”, agrega.